A pesar de la sequía generalizada de préstamos hipotecarios con respecto a años anteriores, de la que hablaba el miércoles, se siguen dando unas pocas hipotecas.
Es sabido que generalmente son para personas que los bancos consideran solventes, a las encasquetan pisos de los que acumulan sin vender y, en general aunque no siempre, con unas condiciones más ventajosas de las que se están ofreciendo al resto de los mortales que se pasan por una oficina bancaria a pedir una hipoteca.
A estos clientes no les dan la patada en el culo nada más entrar. Si te huelen una nómina interesante, o al menos un trabajo fijo con el que puedas pagar, y has pronunciado las palabras mágicas, que son “quiero ver los pisos que tienes en venta”, al menos te escuchan.
En ocasiones hasta están dispuestos a negociar y a ofrecerte no buenas condiciones, porque eso ya no existe, pero sí al menos algo menos aberrante que al resto.
Aquí es donde, sabiendo que el banco te considera solvente, buen pagador y cumplidor con la hipoteca, tienes parte de la sartén por el mango y te puedes sentir fuerte para negociar las condiciones de la hipoteca.
Puedes pedir menos intereses, menor o ninguna vinculación-esclavitud frente a contratación de seguros, planes de pensiones, uso de tarjetas de crédito, saldo fijo en la cuenta y lo que sea que el banco te pone para que pases por el aro como chantaje-condición indispensable para darte la hipoteca.
Lo suyo es aprovechar este momento e incluso conseguir que no te cobren comisión por cancelación o amortización anticipada del préstamo, ya que aquí los bancos sacan mucha tajada, y como cliente tienes que asegurarte el mejor escenario posible, ya que la hipoteca es una atadura de muuuuchos muuuchos años.
Oye, por pedir… que no quede. Depende del banco, del director, de la sucursal e incluso del piso que elijas, a lo mejor consigues mejorar una hipoteca para que en vez de pesarte como una vaca en brazos, te pese solo como una vaca anoréxica o quizá menos. A lo mejor eres la única oportunidad para el banco de vender un piso por el que ya no pregunta ni su padre, pero que a ti te encaja y cubre tus expectativas y necesidades.
Con la obligación que les ha impuesto el Gobierno de tener provisiones económicas, los bancos están desesperados por convertirse en alquimistas que transformen ladrillos en dinero. Por eso, entre otras cosas, que están poniendo las condiciones de las hipotecas más duras que el palo de una bandera, subiendo las comisiones hasta un 26%, según la organización de consumidores Adicae. Por eso hay que encontrar el hueco para, a nuestra manera, sentirnos fuertes y conseguir lo que queremos: una hipoteca lo más decente posible para comprar el piso.
jajajajajajaja piedad, ay que me has hecho reir. que inocencia, por dios! ya has escrito la carta a los reyes magos? pues no lo dejes…
Ya escribí una al presidente ¿mago? Rajoy a principios de año. No dejes de leerla, aquí la tienes:
http://www.hipotecasyeuribor.com/blog/noticias/carta-al-presidente-%C2%BFmago-rajoy/