El Euríbor, que hace un año empezó a subir sin parar, se está estancando en abril y, si todo sigue así, probablemente cierre por debajo de marzo. A falta de terminar el mes, la media provisional de abril es del -0,112% frente al -0,109% de marzo.
¿Por qué? Cuando todo apuntaba, por el crecimiento que tenía, a que por estas fechas el Euríbor entraría en terreno positivo -después estar cotizando en negativo desde febrero de 2016-, la realidad ha sido la contraria. No sólo no ha subido sino que, de repente, está cotizando más bajo y parece que así seguirá, manteniendo las hipotecas más baratas durante más tiempo del esperado.
¿Cuál es la razón? Que el Banco Central Europeo (BCE) ha retrasado su decisión de subir los tipos de interés, que llevan 3 años en el 0%. ¿Hasta cuándo se mantendrán tan bajos? Como mínimo en 2019 y seguramente gran parte de 2020. Bankinter cree que a finales de este año estará en el -0,01% y 0,50% para el que viene.
Por experiencia sabemos que luego estas previsiones se retrasan muchísimo, así que probablemente el tiempo será más largo. ¿Cuánto? Lo que tarden en despegar los países europeos con riesgo de caer de nuevo en una profunda crisis.
¿Qué ventajas tendrá? Que las hipotecas que estén ligadas al Euríbor no subirán tanto como se esperaba, aunque hablamos de un ahorro medio de 2-3 € al mes en el caso de los préstamos con revisión semestral y unos 5-6 € de media en las de revisión anual.
Pero ésta no es la única novedad del Euríbor. Va a variar la forma en que se calcula. El Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI por sus siglas en inglés) hace unos años intentó cambiar la forma de cotización del Euríbor, haciendo que en vez de calcularse con mera especulación como ahora, se hiciera sobre cifras reales.
Se intentó que en vez de usar los intereses a los que 19 entidades dicen que prestaría dinero a otros bancos, para sumarlos y hacer una media, se utilizaran los tipos de interés reales a los que se firmaban las hipotecas.
Como la diferencia entre ambos era muy alta y hubiera supuesto una subida brusca y repentina de 150 € en las cuotas mensuales, en mayo de 2017 se decidió no ponerlo en marcha.
Pero el EMMI no se rindió y siguió buscando otra manera de calcularlo más real que la de ahora y que, por tanto, no se preste tanto a la manipulación. De hecho éste es el motivo principal de cambiarlo, porque bastantes bancos europeos inflaron deliberadamente las cifras que daban para calcular el Euríbor para cobrar intereses más altos en las cuotas mensuales.
La nueva manera que estudia el EMMI es un híbrido entre los tipos de interés reales a los que se firman las hipotecas, mezclado con datos históricos y datos de expertos financieros. Pero como los ensayos que se han hecho con esto también dan como resultado un Euríbor de repente mucho más alto, todavía no se ha puesto en marcha.
El límite para hacerlo era finales de este año, pero como no se ve clara la cosa, se acaba de aumentar el plazo en dos años, hasta el 31 de diciembre de 2021. Aunque el EMMI no quiere agotar el nuevo plazo y dice que lo tendrá listo a finales de este año, para empezar a usarse a partir de 2020, la realidad es que estas cosas se suelen retrasar mucho y no está claro que al final se use otro Euríbor, ni cuándo empezará a aplicarse en las nuevas hipotecas, ni si se aplicará a las que ya estén firmadas.
Lo único seguro por ahora es que los nuevos préstamos, tanto fijos como variables, seguirán siendo bajos mientras que el Euríbor lo sea, y que la banca tendrá dinero para prestar puesto que el BCE le volverá a dar barra libre entre septiembre de 2019 y marzo de 2021, para que lo coja y lo preste a familias y empresas.