En 2007 dos de cada tres pisos se compraban con hipoteca y hasta hace no mucho el tercer piso se pagaba al contado. Ahora la tendencia se ha invertido: dos tercios se compran al contado y sólo uno con préstamo hipotecario.
El matrimonio piso-hipoteca está en vías de extinción. El plazo se ha reducido hasta una media de 19 años, los intereses han subido estrepitosamente y las hipotecas a tipo fijo ya no representan el 3% sino el 8% del total.
Te puedes imaginar por qué. La venta de pisos ha descendido más que la popularidad del Rey y, con el grifo de las hipotecas cerrado a cal y canto, se consiguen préstamos para los pisos del banco y poco más.
Entre los otros dos tercios hay extranjeros ricos, muchos rusos, y algún que otro español que vende su casa y con lo que le dan compra otra, sin hipoteca puente ni historias. O es que ya tenía el dinero, o es que lo blanquea o compra para especular, que de todo sigue habiendo.
A este paso tres de cada tres pisos, o sea todos, se van a terminar comprando al contado, y la venta de viviendas pasará de los pocos miles que actualmente cambian de manos cada mes, a unos pocos poquitos pocos. Esto pasaría si no fuera porque la banca acumula unos 140.000 pisos.
Controla el mercado inmobiliario porque tiene el material y la forma de comprarlo. Lo tiene todo y eso se lo está poniendo cada vez más difícil a promotoras y constructoras, que algunas también se han lanzado a la financiación, como a la antigua usanza, y sobre todo a los particulares, a los que sólo queda un arma: bajar el precio hasta que la dignidad y la necesidad digan basta.
Por eso, si eres un comprador y tienes el dinero, los chollos están ahora en los pisos de particulares que ya no saben qué hacer para que el décimonoveno cartel que han colgado en el portal no se caiga a cachos raído por el sol, y también en los pisos de la banca. En este último caso, si necesitas el dinero el banco te lo pondrá más baratito que si no eliges una de sus casitas.
A pesar de la crisis y de lo supuestamente mal que están, los bancos siguen teniendo el poder y entonan tímidamente eso de y yo sigo sieeeeendo el reeeeeey. El rey de la pista, el rey del mambo y el rey del mercado inmobiliario, destronando a la banca online como reina de las mejores hipotecas.