Partiendo de la base de que, finalmente, siempre es el banco quien decide cuánto dinero te presta y en qué condiciones, no está de más que tú pispo o pispa tengas una idea de hasta dónde te puedes endeudar.
Así ya sabes hasta cuánta pasta te puede dejar el banco e ir mirando un piso que se ajuste a esa cantidad o que, en cualquier caso, no la supere.
Como no es lo mismo cobrar 2.000 euros al mes siendo tres en casa que siendo tú solo y no es lo mismo tener 30 años que 45, lo ideal es que eches las cuentas antes de ir a pedigüeñearle pasta al banco. Si no te apañas con el cálculo casero, algunos bancos tienen simuladores en sus páginas web que te pueden ayudar en este importante proceso.
Te preguntarán cuánto dinero neto ganas al mes. Se refieren a lo que de verdad te ingresan en la cuenta una vez que te han descontado todas las mandangas de IRPF, Seguridad Social y cuotas del tipo coche de empresa, seguro médico privado, seguro de accidentes, etc. Es súper necesario que lo sepan y, si te parece indiscreto, espera a ver las 20 cosas que te piden cuando formalizas la hipoteca.
Te interrogan sobre cuánto ingresas al año en conceptos variables, ya sabes, los incentivos/objetivos que te paga la empresa u otras cosillas. ¿Cuánto gastáis en vivir cada mes? Eso también quieren saberlo, al igual que cuántos miembros tiene la unidad familiar.
Y algo mazo importante: ¿estáis trabajando? Si es así, ¿de qué tipo es el contrato? Ya sabes que a los bancos les hacen los ojos chiribitas con los contratos fijos, sobre todo del funcionariado. Aunque esto era antes un seguro de vida, que tengas una plaza en propiedad ya no significa nada para un banco.
Después de que les digas si tienes otras deudas (el préstamo para el coche, el implante dental, los estudios o las últimas vacaciones), quieren saber cuánto estás dispuesto a poner de tu parte, es decir, a esclavizarte.
¿Vas a domiciliar la nómina y los recibos? ¿Contratarás un seguro de hogar o de vida? Ya sabes que con estas cosillas el diferencial que te cobra el banco es más bajo, si bien a veces no te dan ni a elegir. O contratas este tipo de cosas o no hay hipoteca.
Los intereses a los que dan las hipotecas en estos tiempos son una ful de estambul, siendo algo mejores en los bancos online que en los de oficina con empleado de traje y corbata. A ver, tú lo haces todo en plan Juan Palomo… Aun así, no te esperes nada mejor que Euríbor + 2 %. Esto como poco, pueden pedirte mucho más, incluso que durante los primeros meses o años pagues un interés fijo.
Estos simuladores al final te dirán hasta cuánto dinero sería recomendable que pidieras, cuántos años podrías tardar en devolverlo, incluso qué pasaría si desearas subrogar una hipoteca que ya tengas o a cuánto ascenderían los fastidiosos gastos de compraventa (notario, registro de la propiedad, registro, tasación del piso…).
Recuerda: lo mejor es tener un dinero ahorrado porque el 100% sólo se lo prestan a sus empleados o los que al menos den el 20% del valor del piso. Ale, ¡¡a jugar con los simuladores de los bancos!! Si no luego pasa como antes, que pedías más de lo que podías pagar y el banco era tan tolai que encima te lo daba… Y luego a llorarle al Cristo de los Impagos y a la Virgen de las Morosas.