El Banco de España sabía y no hizo nada para evitar que los bancos dieran hipotecas de manera irresponsable durante los gloriosos años de la burbuja inmobiliaria.
Y es que en esta crisis hay más de un culpable: los que pidieron de más, los que dieron de más, los que lo consintieron, los que manejaron la situación y los que ahora los niegan.
El organismo que se supone que debe regular la banca en España acaba de confesar que en 2009 ya emitió un informe tras inspeccionar a Caja Madrid, una de las principales entidades que pasaron a formar parte de Bankia cuando se creó, avisando de que casi la mitad de las hipotecas que había dado se habían vuelto más arriesgadas que meterle el dedo en el ojo a Hulk Hogan.
La entidad madrileña, más chula que pichi, había firmado préstamos para personas con pocos ingresos o sin ganancias regulares, a lo que se empezaron a sumar las hiptecas de gente que antes podía pagarlas sin esfuerzo.
La crisis, el paro y la precariedad laboral habían empeorado muchas economías familiares. En algunos casos la hipoteca pasó de suponer hasta el 30% de los ingresos -que es el máximo aceptable- a chupar el 60% del dinero que entraba en casa, haciendo más difícil pagar la cuota. En el 17% de los casos que analizó el Banco de España, la hipoteca pasó a costar todo lo que se ganaba.
La culpa no fue del cha-cha-chá y la situación se podía haber evitado si no se hubieran concedido préstamos por encima del valor de tasación del piso, que además estaba inflado en muchos casos; y si el Euríbor no hubiera subido tanto. Las dos eran cosas previsibles y Caja Madrid, al igual que la toda la banca española, no hizo nada para evitar el desastre.
El colmo fue que los pisos empezaron a costar menos de lo que la gente pagaba por ellos, lo que se llama hipotecas underwater, y que todavía afecta a muchas viviendas de este país. Con tal panorama hay quien prefiere entregar el piso al banco y olvidarse del problema. La lástima es que esta fórmula, más conocida como dación en pago, sólo es aceptada por el banco in extremis, y éste no sólo se queda con el piso por una cantidad irrisoria sino que además te reclama la deuda pendiente.
En 2010 el Banco de España tiró a Caja Madrid otra vez de las orejas y le sugirió que analizara más el riesgo y las posibilidades de que una familia devolviera el préstamo sin problemas. Le aconsejó que comprobara los ingresos, otra perogrullada que debería hacerse por sistema, y que tuviera en cuenta lo que realmente justificaban ganar más que los que declaraban oficialmente.
Otra tela pelotera es que Caja Madrid empezó a financiar a los promotores inmobiliarios con problemas para pagar, ampliando los plazos que tenían para pagar el capital y los intereses; algo injusto a todas luces que arruinó a la entidad y tampoco se hizo con las familias. Toma mala gestión y trato desigual.
El colmo es que esta entidad está intervenida con nuestro dinero. Ni bronca ni ná. Ni comisión que estudie nada, el PP lo ha parado todo. Primero manejó en Caja Madrid, hizo y deshizo en Bankia y ahora tapa todos los agujeros con palabras cobardes y el dinero del rescate financiero, que ni de coña nos repercutirá positivamente.
Esto se acaba de saber por una filtración del caso Bankia, que está en los tribunales. ¿Pero qué pasaría si esto no se filtra? Que ni nos enteramos, aunque lo sospecháramos. Entonces… ¿Cuántas entidades financieras lo hicieron fatal y ahora se van de rositas? ¿Crees que se salva alguna?
Los bancos dieron manga ancha en una guerra por captar clientela a través de las hipotecas, sólo importaba el volumen mensual de hipotecas concedidas por las sucursales, aunque fuera a gente que a todas luces lo tendría imposible para pagar si iban mal dadas.
Pero también es cierto que ha habido mucha irresponsabilidad por parte de los hipotecados, que se han metido en un crédito que no les convenía sin estudiar las consecuencias. La gente firmaba alegremente contratos de “arras” e iban al notario para escriturar la compra de un piso por, digamos 300.000 euros, sin entender prácticamente nada de lo que firmaban salvo la cuota inicial. Esta gente no se gastaba aunque fueran 300 euros en acudir a un abogado, para que revisara los contratos y escrituras y les advirtiera de las cláusulas que nos les favorecían y luego todo son quejas y culpa de los bancos. La única esperanza para las “cláusulas suelo” es que pueden ser consideradas abusivas si no hay en el préstamo una equivalencia de “cláusula techo”, pero eso no soluciona el problema de los que se han pillado con el precio del piso, la dación en pago no es solución porque el banco ha prestado dinero, luego hay que devolverles dinero, devolver otra cosa que no sea dinero queda a la aceptación del banco, que no está obligado por el momento a aceptarlo.