En España hay 700.000 pisos nuevos sin vender. Por fin -¡aleluya!- el Ministerio de Casitas se ha dignado a dar una cifra oficial aunque en realidad ese número debe rondar el millón y medio contando las viviendas antiguas pero… ¡No preocuparse! Miss Tonta tiene un plan.
Consiste en ayudarnos con entre 4.500 y 8.400 € a comprar viviendas libres o protegidas siempre que la suma de los ingresos de todos los de la casa sume menos de 50.600 pavos al año.
La iniciativa parece buena pero cansina y, sobre todo, pan para hoy y hambre para mañana porque lo que necesitamos es una economía estable para que nosotros solos nos mantengamos, compremos la casa, nos vayamos de vacaciones, aquí paz, después gloria y bajo ningún concepto dependamos del Estado nada más que para que arregle la Economía nacional; de la doméstica ya nos encargamos nosotros.
Pero el problema de la gran cantidad de casas sin vender es más grave de lo que parece: el 90% de las subastas inmobiliarias quedan desiertas. O sea, que 9 de cada 10 pisos que los bancos y las cajas intentan quitarse de encima se les siguen quedando en la chepa como una casa más que alimentar y declarar.
Al final se están quedando sin casa los que ya la tenían y han visto ejecutada la hipoteca y embargado el piso, y se quedan sin casa los que querían comprarla y no pueden porque, aunque el precio de la vivienda de segunda mano haya bajado un 8% en la segunda mitad de 2009, siguen siendo demasiado caras y no nos dan suficientes hipotecas.
Sabíamos que las entidades financieras se estaban comiendo los pisos con patatas pero, con el número de subastas duplicado, si la mayoría no tiene comprador, su situación (y la nuestra) es aún más dramática.
Los bancos no paran de maquillar sus cifras y las cajas se obsesionan con las fusiones para salir adelante, lo que supone que a nosotros no nos financian na de na. Ahora lloran porque no saben qué hacer con los pisos: ¡¡pues no haber embargado más de 3.000 en los dos últimos años!!
Según Bea Casitas el stock no puede aumentar más, ha tocado techo y ahora empezará un cambio de tendencia. ¿Cómo? Estoy deseando verlo porque mientras tanto cada cual hace lo que puede.
Los bancos se lo piensan más antes de embargar, se muestran más conciliadores, ofrecen hipotecas a 40, 45 o 50 años y están empezando a dar el 100% del valor de la casa siempre que sea de las que tienen sin vender.
Las ferias de vivienda siguen haciendo más furor que el triquini y las inmobiliarias están en plan 2×1 y de súper-rebajas para liquidar existencias. Mientras nosotros, los pobres mortales, sólo queremos cuatro paredes, pero sin stocks con techo ni cláusulas suelo, y hacemos más malabares que el Circo del Sol para sostener el empleo o conseguirlo. ¡Viva la Economía Sostenible!
Pues sí, el mercado inmobiliario de este país está más muerto que vivo y, desgraciadamente, si el ladrillo va bien, todo va bien y, si el ladrillo está parado, todo está parado. ¡Saludos!
Esa es la creencia popular más extendida y desgraciadamente parece que funcionan así las cosas pero no tiene pinta de que en este país vaya a cambiar la situación. Por mucho que algunos queramos el sector de referencia, si el Gobierno no apuesta por otros motores no hay gran cosa que hacer.
Qué barbaridad, más de 3.000 embargos en dos años, así se comprende que no se reactive el mercado inmobiliario. Para reactivarlo habría que conceder préstamos o inventar otra forma de pago de las casas, que siguen siendo muy caras y por mucho que las subasten como no las bajen un 50% o más seguiremos sin poder acceder a ellas.
Ya hay otras formas de pago de las casas: hipotecas entre particulares, pagar a tocateja porque murió el tío rico del pueblo y heredaste, robar un banco para obtener mayor liquidez o dedicarse a la industria del porno y comprar pisos son los beneficios
No me explico cómo la ministra de Vivienda cree que el stock ha tocado si los embargos aumentan y la compraventa no está del todo recuperado. A mi modo de ver, el stock habrá tocado techo cuando las casas ya construidas se vendan, cuando se modere la construcción y cuando se empiecen a dar créditos con sentido común, nos toque a todos la lotería o palme el tío rico del pueblo.
La ministra de Vivienda no se entera ni del NO-DO. Según ella la situación la pintan calva para comprarte ahora un piso, con vientos a favor y cantos de sirena por doquier en un mundo maravilloso en el que los pájaros cantan y la vida es feliz… ¡Pues no! Sigue habiendo cada vez más paro (al INE se le ha escapado que más del 20%) y las hipotecas las dan con cuentagotas.