A pesar de múltiples reclamaciones y muchas sentencias, incluidas tres del Tribunal Supremo, la cláusula suelo continúa siendo una pesadilla hecha realidad para más de 56.000 familias españolas, según datos de la organización de consumidores Adicae.
Con el Euríbor en mínimos históricos, marcando mes a mes un récord tras otro, una familia que tenga un suelo medio (del 3,75% según Adicae) en una hipoteca, pongamos que a 30 años y con un interés de Euríbor + 1%, está pagando 2.546,52 € más al año (212,21€) al mes por tener cláusula suelo.
Traducido a términos de economía doméstica, eso es un sueldo de los muy majos, lo que gana una pareja de mileuristas o lo que no consiguen dos trabajadores en un mes para mantener a toda la familia. Se mire como se mire, una barbaridad y un abuso que encima aumenta, porque esta cantidad hace un año y medio era sólo de 1.200 € más al año.
Adicae considera que este límite mínimo de intereses encarece la hipoteca entre un 200% y un 225% al mes. Si quieres evaluar tu caso concreto, aquí tienes un simulador para saber cuánto pagas de más al mes por tener cláusula suelo.
Hay esperanza de recuperar el dinero pagado de más, como mínimo desde el 9 de mayo de 2013, cuando el Tribunal Supremo sentenció que la cláusula suelo es nula si te la endosaron a la hipoteca de forma poco transparente o directamente sin que te enteraras.
El suelo es uno de los mayores abusos bancarios que existen, y eso que atravesamos una época difícil, en la que los bancos nos hacen pagar (por) sus excesos y defectos. Entre rescates financieros, avales del Estado y préstamos del Banco Central Europeo, se han embolsado cerca de 170.000 millones €. Si a eso le sumas otros casi 68.500 millones € en dinero secuestrado a los ahorradores (preferentes, subordinadas, etc.), las cuentas arrojan cifras indecentes.
Por si esto fuera poco, han encarecido el precio de su trabajo un 31,23%, según los datos que aporta Eurostat, la agencia estadística europea. Mientras que en la Unión Europea los servicios financieros han subido de media casi un 2,5%, en España esta cifra se ha súper multiplicado.
Comisiones por servicios, cuotas extra y repentinas por mantenimiento de cuenta (incluida la de la hipoteca), costes por tarjetas, estudio de préstamos y penalizaciones varias, como que saques el dinero de un depósito antes de tiempo o te lleves la hipoteca a otra entidad, son algunos de los campos en los que nos ponen minas antiahorro que para ellos se traducen en minas de oro.