El último grito inmobiliario entre la gente con pasta es recurrir a un personal shopper que les aconseje en la compra de vivienda.
Sí, hijo, sí. Esa palabra que está ahora tan de moda para referirse a alguien que te llena el armario de trapitos que se supone que te sientan bien, ayudándote a elegirlos como si tú no fueras capaz de saber cómo vestirte.
El pechonal choper de la vivienda es una empresa que se patea el mercado inmobiliario por ti, por si careces de tiempo, te faltan ganas o no tienes ni pajolera idea del papeleo que acarrea la compra de un piso.
No se venden como agencia inmobiliaria sino como un asesor que te allana el camino hasta el piso que pillas para invertir (y especular) o el pisazo que compras para vivir en él.
Ya habrás adivinado que la peña que recurre a sus servicios no necesita hipoteca porque puede pagar al contado. Gente rica, un 40% españoles y el 60% extranjeros, a los que les viene fenomenal que otro investigue por ellos si la casa tiene algún defecto oculto, alguna carga hipotecaria o cosillas de estas que enmarronan la compra y dan sorpresas y disgustos a pares.
Se tienen que vender como algo más, claro, porque para hacer una batida por el barrio, buscando carteles, llamando a teléfonos de anuncios, buceando en webs y visitando pisos, no te voy a decir que vale cualquiera, pero casi. Basta con tener tiempo y ganas, además de algún que otro conocimiento de cómo va la compraventa de pisos si no quieres que te metan una butifarra doblada por donde te estás imaginando.
Y, claro, estos conocimientos de los pechonal chopped no son de gratti. Para empezar te piden 500 pavos o no buscan ni agua en un pozo. Cuando se termina todo, te clavan una comisión de entre 5.000 y 12.000 € -según el piso-, que justifican como rentable porque presumen de que te han hecho ahorrar entre el 10% y el 15% en la compra de la vivienda.
Me preocupa que hasta para comprar casa necesitamos ayuda, consejo, inspiración… Y pagar a quien nos lo hace. Cualquier día habrá un asistente personal para que te busque el dedo gordo del pie y las mejores ofertas en el súper o para que te rasque el piiiiiii cuando no tengas claro si conviene hacerlo con la derecha o con la izquierda.
Cada vez todos más tontos y unos pocos más listos, o mejor dicho, listillos que viven de opinar qué es lo que más te interesa, y encima cobrando por decirle a la gente lo que tiene que hacer. ¡Cielo santo, el deporte nacional!