Si no te dan hipoteca para comprar una casa hecha, cómprate un terreno -o herédalo, que es más fácil- y constrúyete la casa. ¿Falta de pasta? Don’t worry, colega, algunos pocos bancos a lo mejor podrían prestarte, tras algunas visitas a San Judas, un fax al Niño del Remedio y varios e-mail recordatorios a la Patrona de las Hipotecas Autopromotor.
Estas hipotecas son dinero que el banco te va prestando a medida que avanza la construcción de la casa y siempre que lo demuestres pasándoles por la jeta las certificaciones de obra. A saber, papelitos que dicen qué tanto por ciento de tu nuevo hogar está ya construido.
Si eres propietario del terreno y estás inscrito en el Registro de la Propiedad -si es solo de boquilla no se lo creen-, te has tirado a alguien del Ayuntamiento para que te dé la licencia de obra y a un gabinete de arquitectura para que te selle el proyecto, lo demás no es que sea pan comido, pero al menos conseguirás que los chupatintas calientasillas destrozailusiones de los bancos te escuchen.
Para variar, no dan buenas condiciones ni tampoco más del 80% del valor de tasación del proyecto finalizado, aunque sí dan de margen 30 o 40 años para devolverlo. Aquí yo veo margen de picaresca española: pides poco, compras materiales en los chinos y luego te construyes un chamizo de la hueva. Autoconstrucción low cost. Que no se enteren los chinos que lo ponen de moda.
Si tienes suerte y en tu cartilla de racionamiento de españolito medio viene una hipoteca Juan Palomo, yo lo construyo y el marrón me lo como, prepárate para que la entidad bancaria te mire con lupa hasta el color y la talla de los calzoncillos, y qué porcentaje representan sobre el total de tu ropa, por si luego no puedes pagar y tiene que dejarte en bragas hasta el día del Juicio Final.
Ah, y no te olvides del papeleo extra y que tienes que lidiar con arquitectos y obreros que levantarán tu sueño (o lo harán pedazos). Vamos, que como no se te dé bien organizar y no tengas mucho interés en tener una choza 100% a tu pedo, la cosa se puede convertir en un lío de peli de Paco Martínez Soria.
Lo que está visto es que con las casas, las levantes tú como los tres cerditos o las compres hechas, de la hipoteca no nos libramos ni queriendo. Hoy en día solo es libre Nino Bravo en esa canción en la que puede al fin volaaaaarrrr.