Yo creo que, después de tanto abuso como se traen los bancos con las hipotecas, el sueño irónico de todo hipotecado es que el banco te pague a ti y no tú al banco. Es que con las hipotecas se las traen: no sólo le devuelves el dinero prestado sino también, y de forma impresionante, unos intereses escandalosos que harían sonrojar hasta al judío medieval más compuesto.
Que el banco te pague a ti por el piso, y encima te puedas seguir quedando tú o tus herederos con la propiedad del mismo, se llama hipoteca inversa y hace unos años que se ha puesto muy de moda entre la gente mayor, que consigue así dinero para afrontar gastos que de otra manera no podría.
El perfil es el de una mujer de 76 años, las malas lenguas dirán que vivimos más y mandamos más, con un nivel socioeconómico medio-alto. Los hombres y los matrimonios también las piden, así que ya sabemos lo que nos espera.
Lo malo es que el banco no te paga intereses… ¡Mecachis! Con los bancos siempre todo tan desigual y tan injusto. Todo sea para tener la pasta que necesitamos a la vejez y que no nos da el plan de pensiones que tuvimos que rescatar cuando aún éramos jóvenes.
De todas formas, al paso que vamos, nos jubilaremos a los 75 años, justo poco después de haber agotado la prestación por desempleo de larguísima duración y de haber encontrado nuestro primer trabajo.
La situación está tan chunga en España, la vida es tan cara y las pensiones son tan cortas que cada vez más mayores están recurriendo a la hipoteca inversa, hasta el punto de que en 2010 esta cifra ha aumentado un 10,7% respecto a 2009, según la consultora Óptima Mayores. ¡¿Es que no podemos dejarnos de historias con los bancos ni cuando peinemos canas?!
A este paso, en vez nacer con un pan debajo del brazo, vamos a nacer con una hipoteca, un préstamo o una deuda gigantesca. O mejor: nuestros padres le pedirán a la cigüeña que en vez de venir de París venga de la Alemania de la Merkel, y que en vez de un pan debajo del trabajo nos traiga un cheque de 2.500 leuros. Ah, no, calla, que ya nos ha quitado también esto. Bueno, pues que el nene traiga un décimo de lotería de los que toca.
Es irónico que te pases media vida o más pagando un piso para luego estar menos de ese tiempo percibiendo un dinero por él, todo con el banco, para poder irte a una residencia o a hacer puñetas, pero con estilo.