Ya lo dijimos: en España vivimos en cajas de cerillas que pagamos como si fueran el Palacio del Marajá de Kapurtala. Y es que, a pesar de seguir en una enorme crisis y al borde del rescate económico, nuestros pisos siguen siendo casi los más caros del mundo, en proporción con nuestra economía.
Tan solo en Australia y Hong Kong son más pringadillos que nosotros y pagan los pisos aún más caros, según el semanal británico The Economist.
Lo que no me explico es cómo aún se sostiene en pie nuestro sistema. Los bancos están atestados de pisos, nosotros estamos atestados de deudas, el mercado laboral está atestado de parados y el Gobierno, atestado de idiotas que no reconocerían una buena idea ni aunque la tuvieran delante de sus narices.
Aunque la previsión es que el precio de los pisos siga bajando como los críos por los toboganes del parque, nadie se pone de acuerdo en decir cuánto porque cada uno cuenta la película según le va y porque nadie tiene una bola de cristal lo suficientemente poderosa como para poder encajar todas las piezas del puzzle en una visión clara del tema.
Mientras que la consultora Morgan Stanley se aventura a predecir que el precio de los pisos bajará este año un entre un 5% y un 10%, Gesif y Axesor auguran una caída del 6% hasta junio. Difícil será que, por mucho que caiga el precio de la vivienda, logre compensar, ni ahora ni en muchos años, el 157% que se ha sobrevalorado en los últimos 14 años, según The Economist.
A pesar de que la venta de pisos ha aumentado un poco a principios de este año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), esto no es más que un espejismo en el que se refleja la ansiedad de finales del año pasado por comprar cuando aún nos pudiéramos desgravar la hipoteca en la Declaración de la Renta.
En la realidad, solo un 5% de la gente está interesada en comprar piso -según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)- porque el resto está esperando a que bajen más los precios, que los bancos mantienen escrupulosamente casi intactos.
¿Bajarán? Quién sabe… De momento hay quienes afirman, como Idealista, que cuando se ha empezado a hablar de que el Euríbor va a subir en breve, la peña ha empezado a bajar a saco el precio de sus pisos en venta, y quienes creen que esta subida de los tipos de interés paralizará el precio de los pisos hasta ver por dónde van los tiros.
Pues eso, a seguir esperando mientras se inventa la bola de cristal donde todos queremos mirarnos y que, de momento, solo refleja que la contratación de hipotecas atraviesa sus horas más bajas en los últimos 10 años. ¡Oleee!