Si has dejado de pagar la hipoteca hace menos de tres meses o crees que vas a hacerlo, la de Cáritas es una de las puertas a las que puedes llamar para pedir ayuda.
Esta ONG vinculada a la Iglesia Católica está teniendo mucho curro extra con la crisis para alimentar a familias, darles ropa y ayudarles a pagar la hipoteca, el alquiler y las facturas para evitar que les echen del piso.
Por eso, en 2012 ha triplicado las ayudas a vivienda con respecto a 2011, de 500.000 € a 1,5 millones, y terminará el año habiendo ayudado a 260.000 personas. El 36% son menores de 16 años y el 30% son personas que no tienen ingresos y viven exclusivamente de las oenegés.
Es el panorama en Cataluña, donde el 71% de lo que hacen es para que la gente no pierda su casa. Es una cifra muy alta, teniendo en cuenta que justo antes de la crisis, en 2007, este tipo de acción social sólo representaba el 55% y que Cáritas es una oenegé que toca todos los palos de ayuda social habidos y por haber.
De toda la que prestan en materia de vivienda, el 40% es para que la gente pueda vivir de alquiler después de que ha sido desahuciada. Cada vez se ven más familias hacinadas, invadiendo a amigos y familiares, o en pisos de otros que les cobran un alquiler. Algo que Cáritas dice que en 2009 no pasaba.
Una situación que les recuerda a lo que se vivió después de la Guerra Civil (1936-1939), cuando realquilar pisos a los más necesitados era algo frecuente. La particular guerra que se libra ahora es contra la crisis y la batalla diaria es pagar la hipoteca.
Al vivir todos tan juntos en desamor y compañía, las parejas pierden su intimidad y los niños no tienen casi sitio para estudiar. Me recuerda a la Edad Media, cuando en un salón-comedor-cocina-dormitorio vivían todos. Y eso que no estudiaba: eran analfabetos y abusaban de ellos los gobernantes como abusan de nosotros ahora aunque tengamos dos carreras y cuatro máster.
Todo esto me hace pensar que si esto ocurre en Cataluña, está pasando en toda España, donde el año pasado Cáritas destinó 2,6 millones € en programas de vivienda. A pesar de estar algo arruinada a juzgar por el rescate de 5.400 millones € que ha pedido al Gobierno, no es nada sospechosa de ser una comunidad pobre.
Lo gordo es que Cáritas dice que con el 1,5% de lo que se maneja para rescatar a los bancos, se lograría que 30.000 familias conservaran su casa.
A mucha gente le da más palo ir a pedir ayuda y que encima le puedan ver sus vecinos que pasar necesidades. Pero para los cuatro millones de españoles que viven bajo el umbral de la pobreza y los que están a punto de entrar en ese nada apetecible club, quizá es mejor tragarse el orgullo y la vergüenza y pedir ayuda.
Amancio Ortega, el dueño de Inditex, amasijo empresarial dueño de Zara entre otras tiendas de trapos, ha demostrado su amancio por el prójimo donando 20 millones € a Cáritas. Seguro que lo hace para tener buena imagen y desgravarse en Hacienda. Con los beneficios que tiene su empresa es como si un mileurista diera 20 pavos, pero no hay por qué quitarle ningún mérito.
Esta Navidad la máxima no va a ser la megaconocida siente usted un pobre a su mesa sino meta a su cuñado en su casa y ya veremos cuándo sale.