Las familias debemos cada vez menos dinero a los bancos, según el Banco de España, y no es que de repente hayamos pagado todo o ya no necesitemos que nos presten.
Es que los bancos han dejado de prestarnos dinero y han tirado por la calle de en medio con los que no pagan, embargando muchos más pisos de los que ahora les hubiera gustado, pues estropean sus resultados financieros al no encontrar compradores y no poder transformarlos en dinero.
Aunque nuestra deuda hipotecaria es la más baja desde diciembre de 2007, los bancos se han gastado más de 9.000 millones € en perseguir a las más de 350.000 familias que durante los últimos cuatro años y medio (toda la crisis) no han pagado la hipoteca y al final han perdido su piso porque el banco se la ha ejucutado.
En vista de que a los bancos les estaba costando de media 22.000 € conseguir cada piso cuya hipoteca no se pagaba, y teniendo unas pérdidas de un 30% en cada proceso, han decidido cambiar de estrategia. En vez de ejecutar la mayoría de las hipotecas que no se pagan, los bancos están ejecutando solo el 30%, mientras que el 50% se negocia y el 20% restante termina llegando a algún acuerdo de otro tipo. Además, no persiguen tanto a los que han perdido el piso y siguen debiendo dinero.
Esto viene siendo una dación en pago encubierta, pues a fin de cuentas solo se entrega el piso para saldar la deuda. Lo malo es que, aunque el banco renuncie a perseguir lo que se le debe, coloca al moroso en una lista que luego no le permitirá ni alquilar un piso, porque cualquier casero puede rechazarlo por tener deudas y haber dejado de pagar anteriormente.
A pesar de todo lo que han hecho los bancos (ferias inmobiliarias, crear empresas filiales 100% destinadas a vender los pisos embargados, bajar los precios, chantajearnos para que compremos uno de sus pisos o si de lo contrario no nos dan la hipoteca, etc…), no consiguen transformar el ladrillo en dinero y por eso han empezado a buscar todo tipo de alternativas, incluso los bancos que al principio eran más duros.
Es lo que tenían que haber hecho desde un primer momento, pero la avaricia rompe el saco y pensaron que quedarse con los pisos por el 50% o el 60% de su valor en una subasta a la que no concurría no Peguisú, sería un buen negocio, más rápido y más limpio que negociar. El tiempo ha dado la razón a los hipotecados y las asociaciones de consumidores y se la ha quitado a los bancos.
Entre todos debemos a los bancos 875.557 millones €, de los que 668.847 millones € (tres cuartas partes del total) son de hipotecas y solo la cuarta parte (202.290 millones €) son de créditos para el consumo.
Hasta que se han decidido a hacer esto, mogollón de familias han perdido su casa y encima siguen debiendo dinero al banco, que difícilmente lo va a cobrar si la gente que ha perdido su casa la perdió porque no podía pagarla. Se calcula que al final de todo este proceso, serán 700.000 las familias que compraran durante el boom y lo hayan perdido todo.