Es de dominio público, por mucho que escueza a algunas conciencias, que la banca da mejores hipotecas a sus empleados. Es así, es habitual en muchos sectores: trabajar en un sitio te suele dar derecho a descuentos, gratuidades y beneficios varios sobre el producto que tu empresa fabrica o comercializa.
Estas mejores condiciones suelen pasar por no cobrar comisiones, poner un diferencial más bajo, prestar hasta el 100% cuando a otros no se les deja más del 80%, disminuir la vinculación (ataduras en forma de recibos, tarjetas y otros productos) porque al fin y al cabo el banco ya sabe cuánto y cuándo cobras, desde cuándo curras alllí y con qué contrato.
La cuestión es que, si eres empleado y tu banco te dio una hipoteca en ciertas condiciones, se te acaban los chollos en cuanto dejas de trabajar para él. Nada más firmar el finiquito te aplican lo mismo que al resto de los mortales.
Pero… ¡Oopp! Por primera vez en España hay una sentencia que da la razón a un extrabajador de banca, al que el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Almería acaba de reconocer que tiene que quedarse con una hipoteca en las mismas condiciones que cuando curraba en Bancaja (ahora Bankia). También que hay que recalcular sus cuotas y que el banco debe devolverle todo el dinero que le ha cobrado de más por tener el índice CECA (el de las cajas de ahorros), que desapareció a finales de 2013.
Precisamente aquí reside el quid de la cuestión. Este índice encareció sus cuotas un 30%, lo que el juez ha visto como un abuso. Además, el trabajador no dejó la caja porque quiso sino porque de la docena de sucursales de Caja Madrid y Bancaja que había en Almería, Bankia sólo dejó un par, fulminándose a una treintena de trabajadores.
Entre ellos está este señor, que salió con un ERE (Expediente de Regulación de Empleo). Aparte de esto, el juez entiende que aplicándole el índice CECA, el banco se ha estado enriqueciendo más allá de lo tolerable.
Este caso sorprende y sienta un precedente para otros trabajadores de banca en la misma situación. Como digo, es la primera vez que ocurre, lo que tiene aún más mérito porque en el contrato de la hipoteca ponía que si dejaba de trabajar para la entidad, su préstamo pasaría a tener otras condiciones.