Las cláusulas abusivas de las hipotecas van sumando día a día más enemigos de los que en sus buenos tiempos tenía el aceite de colza.
En Extremadura, el Juzgado de lo Mercantil de Cáceres se ha pronunciado a favor de que las cláusulas suelo que aplica Caja Extremadura en las hipotecas se inscriban en el Registro Mercantil de Condiciones Generales de Contratación.
En la otra punta del mapa, en Cangas de Narcea (Asturias), el Banco Popular ya no podrá aplicar los swaps (supuestos seguros que protegían a los clientes de la subida del Euríbor) a nueve de sus clientes, porque un juzgado de dicha localidad asturiana ha dicho que el banco les estaba engañando. Y es que esos swaps, al igual que las cláusulas suelo, impidieron que los hipotecas se beneficiaran de las bajadas tan estupendas del Euríbor que hemos vivido hasta hace poco.
Al Banco Popular también le está dando por el clander el Tribunal Supremo, cuya Sala Primera acaba de anular dos cláusulas, por abusivas, de las que se incluyen en los contratos hipotecarios. Una es la cláusula del redondeo y otra es la de estar exento de comunicar a los clientes cuál es el nuevo tipo de interés a aplicar en cada momento de la hipoteca.
Otro tema que sigue más calentito que el escote de María Lapiedra en Torrente 4 es la dación en pago. Sí, saldar la deuda hipotecaria con el banco entregándole solamente el piso.
Elena Salgado ha sugerido que por qué no van expertos financieros al Congreso a explicarles cómo va el tinglao hipotecario y qué podría hacerse para cambiarlo y mejorarlo, sin aprobar la dación en pago, of course.
Es que si no los bancos, pobrecillos, tendrían que asumir entre 12.000 y 15.000 millones de euros si la dación en pago se implanta. Y luego les lloran y lloran más que la Magdalena y, al torrente de lágrimas de delante, le suman por detrás un corte de suministro económico a los políticos.
Lo que Salgado quiere es que alguien le dé la solución y luego llevarse ella el mérito. Que hagan su trabajo, pero llevándose ella a fin de mes el mismo divino sueldo. Bueno, y eso si llegan, porque la solución la darían ya demasiado tarde.
Aún nos queda un largo caminar en el via crucis de peregrinación al Santuario de la Virgen de las Hipotecas, pero paso a paso, sufrimiento tras sufrimiento, y con la celebración de cada pequeño logro, algo nos vamos acercando a la meta.
Lo malo es que seguro que cuando lleguemos nos la habrán cambiado de sitio. Ya se sabe que los bancos nos llevan varios cuerpos de ventaja en el tema.