Excusas, excusas y más excusas es lo único que recibimos cada vez que alguien plantea la dación en pago en España.
Este sistema, que acampa a sus anchas en varios países europeos y Estados Unidos, supone cancelar la deuda hipotecaria entregando solamente el piso, sin que después del embargo salga a subasta por un precio irrisorio y encima le sigamos debiendo al banco la diferencia entre el precio de la subasta y la cantidad de dinero que en un principio nos prestaron.
La Agencia Negociadora echa un capote a políticos, bancos y promotores inmobiliarios, o sea todos los que están en contra de la dación en pago, diciendo que -si se aprobara en España- los bancos nos tendrían que cobrar el doble de intereses que ahora para compensar que el piso sea la única garantía para firmar la hipoteca. ¿Es que acaso no nos cobran ya cada año miles de euros en intereses?
Este pintoresco informe amenaza con un acceso a las hipotecas más restringido. ¿Más que ahora, que estamos en mínimos? Dicen que los bancos mirarían con lupa nuestra solvencia, siendo aún más pejigueros que ahora. ¿Entonces a quién darían hipotecas? Ni a las princesitas avaladas por el Príncipe Azul del Reino.
Los bancos subirían los tipos de interés tres puntos respecto a los actuales, imponiendo más hipotecas a tipo fijo, que ahora son las menos. Ah, y además nos tocaría soltar mucha pasta de entrada, más o menos la mitad de lo que valga el piso, y que yo sepa, si a duras penas ahorramos unos pocos miles de euros, ¿quién es capaz de ahorrar 100.000 € de un sueldo mileurista? Son unos 8 años de trabajo.
El piso habría que pagarlo como máximo en 20 años, olvidándonos de los 25, 30, 35 y 40 años que se firman ahora en las hipotecas, a lo que hay que añadir que los bancos nos esclavizarían aún más con tarjetas, seguros y mamoneos varios que ellos llaman fidelización. Lo mismo hasta tendríamos que llevar y recoger del colegio a los hijos del director del banco.
La cuestión es: ¿de verdad la dación en pago supondría consecuencias tan terribles y cambios tan acusados? Solos para los bancos, que dejarían de ganar dinero y que, para evitarlo, nos encalomarían todo lo que comenta la Agencia Negociadora.
¿O es lo que quieren que creamos para que nos conformemos con el sistema actual, viéndolo como un mal necesario? Si en realidad es así, cosa que dudo mucho, ¿por qué no cambian la situación para evitar tanto drama familiar y social a causa de los embargos? Alguna alternativa habrá. A los políticos les pagamos para pensar, no solo para figurear en actos públicos.
El caso es que como todo esto pase, o baja el precio de los pisos, suben los sueldos, se termina la especulación y vuelve la desgravación de la hipoteca en la Declaración de la Renta o estamos perdidos. From lost to the river.