Al otro lado del espejo en el que cada mañana se mira la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, para preguntar quién es la más idiota del reino, hay un mundo más desquiciante y sicodélico que el imaginado por Tim Burton para su Alicia en el país de las maravillas.
Beatriz en el Ministerio de las Mil Chorradillas lleva una racha tan solo superable en inutilidad y retraso por el conjunto de medidas del actual Gobierno al completo.
Por un lado, no deja de dar la vuelta a España repartiendo millones de los que nos sacarán con el IVA para rehabilitar las viviendas que Elena SinSal Gado decidió que había que arreglar para sostener artificialmente los cimientos de la construcción, económicamente más derruidos que Chile y Haití juntos.
Por otro, ha tenido la caradura de decir en plena sesión de control parlamentario que los españoles solo dedicamos el 29% de nuestros ingresos (¡cómo si fuera poco!) al pago de la casa porque ha bajado el Euríbor y que, atención, “no escatimará esfuerzos” para que sigamos sin estos “agobios”. ¡Pero bueno!
Además de que es lo que marcan los cánones del endeudamiento, es evidente que ni ella ni su partido han tenido nada que ver porque aquí solo interviene la voluntad del Banco Central Europeo (BCE). ¡Que se deje de apuntar un tanto como si fuera suyo! Suyo sí es el descenso de los tipos de interés de las VPO pero ni era tan necesario ni tan justo porque agravia a los demás hipotecados, aunque se intente vender como lo contrario.
Y prepárate, porque la muy (te dejo elegir el adjetivo) ha confesado con cierto recochineo que su hipoteca no tiene suelo y le acaba de bajar 264 euros al mes. ¡Ah! Y que quien se quiera cargar su Ministerio debe ganar las elecciones primero.
Beatriz ha anunciado también, qué generosa, que este año se destinarán 375 millones de euros a la Renta Básica de Emancipación. ¿Emancipaqué? ¡Pero si a los jóvenes esa palabra ya ni les suena! Muchos llevan tanto esperar a cobrar las ayudas que están a punto de jubilarse. Esta ayuda viene con un servicio de información online que ha tardado dos años en ponerse en marcha y que ya tenían algunas comunidades autónomas.
Son tantas perlas que me podría hacer un collar y al lucirlo no se me verían ni las partes pudendas. Esta mujer habla mucho y hace poco, tarde y mal. Mi impresión es que para ocupar la cartera de Vivienda, Zetapé hace un casting en el que gana la que tiene sonrida profidén y cara de pava pero de las orejas para arriba, nada de nada.
Una cosa parece que ha hecho bien pero, obviamente, no ha podido ser idea suya: cambiar el código técnico de edificación para que los edificios sean accesibles para todo el mundo. ¿Va en serio? Será para que entre ella porque lo que tiene va camino de minusvalía permanente.