Después de casi un año con un Gobierno en funciones, al nuevo Ejecutivo se le acumulan las tareas, también en materia hipotecaria. Tenemos una Ley que se redactó a finales del siglo XIX, con lo que eso conlleva.
Se hizo pensando en la situación de entonces, en los problemas de entonces, en las hipotecas de entonces, que no son como las de ahora. Entre medias se ha extendido y popularizado el uso de la hipoteca para comprar una vivienda, han aparecido cláusulas abusivas como el suelo, el redondeo de los intereses, los préstamos multidivisa (en otra moneda diferente al euro)… Y eso obliga a actualizar la Ley para que, no sólo sea acorde a los nuevos tiempos, sino que proteja más a los consumidores, para que -como mínimo- estemos igual de protegidos que la banca.
Los ministros de Economía y Hacienda seguirán siendo los mismos: de un lado Luis de Guindos y del otro Cristóbal Montoro. El primero empezó una reforma hipotecaria en 2013, que debe continuar y, sobre todo, ser más profunda, rápida y efectiva, si bien creo que con este ministro tenemos difícil ganar en protección real los consumidores. Tampoco nos ayudaque el Banco de España, más que un pepito grillo, que premie y regañe según toque -como debiera ser-, es un hada protectora de los bancos.
Por lo pronto, el nuevo Gobierno debe incluir en nuestra legislación la Directiva 2014/17/UE, que tendría que haber sido aprobada antes del pasado marzo. Pero ya se sabe que hay muchas cosas pendientes de hacer con el retraso en la investidura del nuevo presidente.
Cuando esa directiva europea se incluya en nuestra ley habrán cambiado unas cuantas cosas, como la comisión por amortizar hipoteca. También la forma en que nos informan de las condiciones de la hipoteca, que debe ser más clara y personalizada. Se quiere evitar que los empleados de banca firmen hipotecas pensando que llevarse un incentivo y por eso se propone formarles y revisar sus ingresos.
Otroa cosa nueva es que se permitirá el cambio de divisa de la hipoteca (genial para los hipotecados en multidivisa que han visto aumentada su deuda). Y la libre elección de empresa en los seguros ligados a la hipoteca. Normalmente es otra fuente de ingresos para la banca porque te obligan a firmar con aseguradoras de su propiedad o en las que tienen mucho dinero invertido.
Personalmente, a nivel fiscal me gustaría que volviera la desgravación por hipoteca para todo el mundo, y no sólo para los hipotecados antes de 2013. No creo que aliente la especulación, puesto que es para primera vivienda, sino el ahorro familiar y la compra de casa; hagan lo que hagan, seguimos empeñados en comprar, es la mentalidad mayoritaria y costará cambiarla. Pero lo veo difícil porque la Unión Europea obligó a quitar esta desgravación.
Para no mermar la importancia del alquiler, deberían también potenciarse medidas en este otro ámbito. Que desgravaran las reformas en casa tampoco estaría mal.
Además, deberíamos estar más formados e informados de todo lo relativo a hipotecas. La asignatura de economía práctica, que incluya información hipotecaria, debería ser obligatoria para todos en 3º y 4º de la ESO, como mínimo. También deberían ser mayores las penas por engañar a un cliente o no cumplir lo pactado en el contrato.
Y de una vez por todas, habría que cambiar el sistema para que nadie se quedara sin casa y limitar la posiblidad de que la banca incluya cláusulas abusivas, pues demuestran que siempre inventan la forma de ganar dinero -como ahora con las hipotecas fijas- y eso no tiene por qué pasar por abusar del cliente.
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