Ahora que los bancos llevan un año despertándose del letargo de no dar un duro y que el Euríbor está por los suelos, parece buen momento para plantearse la compra de una casa, siempre que cumplas el exigente perfil que demandan.
Acribilla al banco a preguntas. Antes de firmar entérate bien de que la hipoteca no tenga limitación a la baja, interés mínimo o palabras por el estilo, que camuflan la odiosa cláusula suelo.
A pesar de su mala fama y las muchas sentencias en contra, incluida una muy sonada del Tribunal Supremo, todavía hay bancos que la utilizan: Popular y Sabadell, entre otros.
El suelo no te interesa porque evitará que pagues menos intereses por tu hipoteca mientras el Euríbor esté bajo, cosa que puede alargarse unos cuantos años más.
Los suelos más frecuentes suelen estar entre el 2% y el 4%, algo que para nada queda compensado con un techo del 10% – 12%, pues esas altísimas cifras no impedirán que pagues de más, no te protegerán de nada. ¡Si el Euríbor nunca estuvo por encima del 5,393%! Afortunadamente…
Cerciórate bien de las comisiones. Estudio, apertura, cancelación, amortización total, amortización parcial, subrogación (cambiarla de banco), novación (firmar nuevas condiciones con tu banco)… Lo ideal es que no haya ninguna. Si las hay, que sean lo más bajas posibles.
Otro punto clave es la vinculación. En cuestión de un año, los diferenciales han pasado del 2% al entorno del 1,5% e incluso alguna hipoteca con 1%, que es el futuro. ¿Pero qué te piden a cambio? Una relación de por vida.
Para bajar el diferencial te atan con seguros, tarjetas, domiciliar la nómina y los recibos, a veces incluso depósitos o un plan de pensiones. Si de entrada no te interesa ninguno o varios de esos productos, no firmes. Calcula en cuánto se quedaría el diferencial y si te sale más barato tener ese producto o un diferencial más alto.
Además, hay que preguntar durante cuánto tiempo es obligatorio mantener la atadura. Quizá puedas tener el seguro un par de años y luego darte de baja, o sacar la nómina del banco y llevártela a otra cuenta, sin que por ello te vaya a bajar el diferencial.
Si el préstamo te convence de partida y buscas condiciones más baratas, la banca online suele tener las mejores. Ahora, si quieres negociar lo mejor es una entidad tradicional, donde tienen mucho más margen para adaptar las hipotecas según el perfil de sus clientes.
Siempre vendrá bien que estés al loro de las últimas novedades en las hipotecas, de lo que los bancos pueden y no pueden hacer, y de las cláusulas abusivas que existen, para que no te la den con queso.