Ya están aquí los nuevos tiempos. Atrás quedan, aunque no muy lejos, los años de sequía del crédito hipotecario, en los que los bancos no daban ni pa luz pa un ciego. Ahora dan porque les interesa, pero son mucho más cuidadosos a la hora de elegir a sus clientes.
Por muy necesitados que estén de ampliar su cartera hipotecaria, porque son más préstamos los que se cancelan que los que se firman, no se están tirando a la piscina con cualquiera. Son más exigentes. El trabajo fijo ha dejado de ser importante: se valora más cuánto ganas y la antigüedad en el trabajo.
Las hipotecas por el 100% del valor de tasación o el precio del piso (toman como referencia el más bajo) se reducen a unas pocas para pisos de bancos o clientes ultrasolventes. Las hipotecas para jóvenes, desgraciadamente, son casi cosa del pasado. Aquí tendrán que abrir la mano porque son los formadores naturales de hogares y no pueden estar eternamente con sus padres o no se van a conformar siempre con el alquiler, si lo que quieren es comprar una vivienda.
Con los bajos sueldos actuales y la condición casi eterna de becarios, los jóvenes no pueden ahorrar lo suficiente para comprar una casa si no es condonación de dinero o aval bancario de sus padres.
Aún con todo, el número de nuevas hipotecas sube mes a mes. Es fácil: venimos de una gran sequía y a nada que se reactive el mercado los porcentajes de subida parecen altos. Pero no podemos negar que aumenta el número de nuevas hipotecas firmadas, son datos de notarios e Instituto Nacional de Estadística. Lo que no sube es el importe prestado, cuya media está por debajo que antes.
Se nota que los bancos necesitan volver a dar créditos, pero no quieren arriesgarse ni repetir los errores de la burbuja inmobiliaria. El precio de los pisos tocó fondo y desde hace unos meses ha empezado a subir tímidamente, sobre todo en las grandes ciudades o en zonas con más demanda que oferta de casas.
El panorama se presenta interesante: es buen momento para comprar una vivienda antes de que suba más el precio de los pisos y, además, los bancos prestan dinero. Si quieres una hipoteca a interés variable también es el momento, porque los bancos han estancando sus ofertas más interesantes en el rango Euríbor + 0,90% – Euríbor +1,25% porque, para ganar dinero con el Euríbor en mínimos, el tipo fijo les reporta más beneficios. O sea que o bien coges un tipo fijo -que aún puede bajar algo por la guerra de precios- para hipotecarte a más de 15 años o bien eliges uno variable, que si cambian las ofertas será para subirlas.