Los hogares españoles estamos de enhorabuena, y no porque al IDAE se le haya ocurrido otra brillante idea del tipo de regalar bombillas que misteriosamente se pierden por el camino. Por cierto, una lujosa iniciativa casi tan absurda como la de regalar las Keli Finder en tiempos de la Trujillo, que el PSOE tenga en su gloria.
La enhorabuena es relativa porque ni el Banco de España ni el Instituto Nacional de Perogrulladas (más conocido como INE) han dicho nada que no supiéramos ya, dándole la razón a esos gritos ciertamente (des)consolados que emanan del monedero y la cuenta corriente: ¡ha bajado la cuota hipotecaria! ¡La pasta cunde más! Será la que cocina Arguiñano…
No nos hagamos ilusiones porque, aunque el gasto medio de los hogares españoles en vivienda haya bajado hasta el 29% de los ingresos brutos, el desempleo ya va por los 4,5 millones, los sueldos, para los que aún los tengan, sólo suben el 1% y lo que siempre han recomendado los expertoides es no endeudarse por encima del 35%. Y ojo, porque hablo de deuda general no sólo de deuda hipotecaria.
Sabiendo que están obligados a publicar este tipo de información ya podrían esmerarse más y hacer más previsiones y menos conclusiones. Estas noticias son medias que difícilmente se acercan al caso de cada uno, llegan tarde, mal y nunca, y cuando las cifras ya son lo suficientemente oficiales como para publicarse, nos ha dado tiempo a hacer el Camino de Santiago, ganar la lotería y conseguir una cita con Judit Mascó y George Clooney al mismo tiempo.
Nos intentan consolar con la simple idea de que ahora pagamos menos hipoteca. ¿Y cómo no va a ser así? Si los tipos de interés y el precio de la vivienda bajan, es lógico, pero como la vida sigue igual de cara y todo es más inestable que un jarrón chino en el patio de un colegio, de poco nos sirve.
El consuelo lo podemos encontrar en que la renta que dedicábamos a pagar la casa suponía el 52,8% de nuestros ingresos en verano de 2008. Mmm… ¿De qué me suena esa fecha? Ah, sí, es cuando petó mi economía familiar.
Pero no nos confiemos porque noticias como ésta son como los cactus pero al revés: dulce por fuera, pincho por dentro. El precio de la vivienda sigue siendo siete veces nuestros ingresos y no olvidemos que cuando el BCE tenga a bien considerar una subida de los tipos de interés, esta España mía, esta España nuestra aún estará publicando algo tan actual como el anuario de la graduación de COU de ZP y sus compinches.
Para terminar, permitidme un consejo de espía: a quien le ronde el noble pensamiento de hacerse con un chabolo que lo haga ya, porque subirá el IVA y éste es el último año para deducirse el 15% del gasto en vivienda. Aluego, o cobras menos de 24.000 euros o no te dan ni para pipas.
Moraleja 1: si cambias de trabajo no seas avaricioso y acepta esos cuatro kilitos o menos para poder desgravarte la keli.
Moraleja 2: si estás pensando en comprar no monees mucho que, entre lo que tardan en estudiar la hipoteca, concederla y darte cita pal notario, se te pasa el arroz en un pliqui.
Moraleja 3: si vuelve la estrechez ecónomica, que volverá y mucho más angosta que la cintura de una modelo, rebusca en el armario y vende de segunda mano las zapas de la Trujillo y la bombilla del Sebas. Algún friqui te las comprará, ¡aunque sólo sea como curiosidad histórica!