El paro y la crisis siguen haciendo estragos entre los hipotecados. Así lo confirman los 58.241 expedientes de desahucio que los juzgados españoles tramitaron el año pasado, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Esto significa que, por no pagar el alquiler o la hipoteca, más de 58.00 familias perdieron su vivienda en 2011, un 22% más que en 2010, lo que supone una cifra récord desde que se miden estos datos.
Aunque ha habido desalojos en todas partes, las más afectadas han sido la Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid, y la que menos, La Rioja.
La mayoría de estas viviendas que se desalojan y luego salen a subasta son de hipotecas firmadas entre 2004 y 2008, los años en los que la burbuja inmobiliaria estuvo más inflada.
La buena noticia de todo esto es que los bancos bajaron en 2011 un 17% las ejecuciones de hipotecas respecto a 2010, año en el que habían marcado un récord con algo más de 93.000 hipotecas ejecutadas.
Es una buena noticia porque si hay menos ejecuciones ahora quiere decir que en el futuro habrá menos embargos y, por tanto, menos familias que pierdan su casa por no pagar la hipoteca. La Asociación de Afectados por Embargos y Subastas, más conocida por sus siglas AFES, auguraba hace unos meses que en 2015 el número de familias desalojadas habrá subido hasta las 700.000 desde que empezó la crisis.
Ojalá que esta horrible previsión disminuya porque los bancos hayan negociado con muchos morosos hipotecarios en virtud del código de buenas prácticas al que se han adherido. Esta ayudita light para según qué hipotecados se terminó de legalizar, tras haberse aprobado el pasado jueves en el Congreso con 201 votos a favor, los del PP, PNV y CiU, y 109 en contra, los del PSOE y el grupo parlamentario de Izquierda Plural.
La consultora Alteba ha calculado que 200.000 familias podrían salvar su casa del embargo de aquí a 2015 si el 95% de los bancos que han jurado negociar para evitar los desahucios efectivamente cumplen su palabra.
Entre que la banca se ha dado cuenta de que no les conviene atesorar pisos a base de ejecutar hipotecas y luego embargar a las primeras de cambio que el hipotecado no paga, y entre este código de buenas prácticas, a lo mejor es verdad que se reduce el número de desalojos.
Es cierto que los bancos ya habían empezado a negociar la mitad de los impagos y a buscar soluciones intermedias como dejarte pagar solo intereses por un tiempo, rebajar la cuota hasta que encuentras un nuevo empleo, etc. Las cifras lo dirán dentro de unos meses o un año.