Sabemos que últimamente a los bancos no hay quien les gane embargando. Lo que no sabemos es que entre 2007 y 2009 el despiporren alcanza los 178.000 pisos embargados. Glup.
Teniendo en cuenta que en los tres años anteriores a 2007 solo habían embargado poco más de 47.000, la cifra es una barbaridad que, sin embargo, se queda corta ante la previsión de 2010, cuando se calcula que, tantatachaaaaaannn, se embargarán unos 180.000 pisos. O sea, un total de 360.000 pisos en 4 años.
Después de resoplar y secarme el sudor, debo aclarar que no lo digo yo sino que lo calcula el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ese cuyo nombre parece más el de un partido comunista de país del Este que el de un organismo que sepa de sinjusticias y sinsabores.
Al Gobierno sí y por eso les ayuda, pero a mí no me da ninguna pena que los bancos lloren porque ya no saben debajo de qué manga, la de los gemelos de oro o la del rolex de brillantes, meterse los pisos -sobrevalorados hasta un 55%- que nos financiaron con intereses de los que se alarmarían hasta los mismísimos prestamistas judíos de las películas medievales.
Me gustaría que se los metieran por algún lugar que duela, lo reconozco, pero más me gustaría que no los hubieran embargado, dejando a miles de familias en la calle.
Con un poco más de paciencia y predisposición a negociar, hubieran sacado mucho más provecho. Se las hubieran podido dar de caritativos, que les encanta, y no hubieran engordado el stock que arrastra sus cuentas hasta el fondo con la misma fuerza que el Atlántico se tragó al Titanic. Y si los bancos val mal, todos vamos mal. Fastidia reconocerlo pero es así.
Los bancos pensaron que el negocio era redondo: doy hipotecas millonarias por pisos extravalorados, cobro un dineral en intereses, pongo unas condiciones horrorosas y, si al final no pagan, me quedo con todo: el piso, el dinero y los intereses que ya me han pagado, y el dinero que aún les queda por pagar.
¡Cobrando más del doble de lo que prestaron porque luego el piso lo venden!
Es que tiene narices que hayamos tenido que estar pagando el piso después de que nos lo hayan quitado y nos hayan echado de él. Si hasta la propia palabra, desahuciar, es bien fea…
Y son así porque quieren y embargan porque les da la gana, porque los ciudadanos apenas les hemos dado disgustos: los propios bancos han reconocido que desde 2001 han recuperado el 90% del dinero prestado.
¿Verdad que dan ganas de ejecutarlos a ellos? En el buen sentido de la palabra, claro… Como ellos, metiendo el cuchillo pero con Responsabilidad Social Corporativa.