Los que entienden de economía dicen que las deudas no deben suponerte al mes más del 30% de tus ingresos, o bueno, siendo exactos, más de una tercera parte (un 33,3%).
¿Lo cumplimos? ¿Cuántos de verdad pagamos este porcentaje de hipoteca o de hipoteca más coche más crédito para la boda, etcétera, etcétera?
Los préstamos hipotecarios que se dieron durante el boom inmobiliario, por el 100% del valor del piso e incluso por el 110%, están pagándolos caros sus propietarios.
Cuando el Euríbor llegó a su punto álgido en julio de 2008 (5,393%) muchas economías domésticas petaron, con ayuda -cómo no- de una bajada de sueldos que ya apuntaba maneras y unas cifras de paro que apenas empezaban a crecer.
Casi seis años después de que el Euríbor llegara a lo más alto, parece que ahora sí dedicamos de media el 30% de nuestros ingresos a pagar la hipoteca. La cuota media en toda España fue el año pasado de 569,4 € al mes, según el Colegio de Registradores de la Propiedad.
En este cajón de sastre están los 846,45 € que de media se pagan en la Comunidad de Madrid y los 393,34 pavos que abonan de media los extremeños, que disfrutan de las hipotecas más bajas. También se ve que, en general, donde los pisos son más caros las cuotas son más altas y donde la vivienda es más barata, la mensualidad más asequible.
Pero, como todas las medias, habrá quien vaya desahogado con la hipoteca y habrá quien vaya más justo que los modelitos de Miley Cyrus. Quien pague poco y si le vienen mal dadas pueda seguir haciendo frente y quien con tres euros que le baje el sueldo va más ahogado que si llevara un cuello vuelto de lycra.
Habrá quien se pusiera una cuota cómoda, previendo las posibles subidas del Euríbor o el índice que sea, y quien se flipara con la cuota y, cuando los tipos de interés suben, es como si les subieran la cremallera de unos vaqueros de dos tallas menos.
A pesar de las hipotecas burbuja y de la burbuja de hipotecas que se ha montado en estos tiempos, parece que aún la mayoría de los préstamos son asequibles para quienes los padecen, y que entre su familia y ellos hacen virguerías para pagarlos.
Otra cosa será en el futuro, cuando con los sueldos de ahora -y más bajos que nos vendrán- habrá que hacer frente a cuotas muy caras: las de Euríbor más alto que el actual sumado a diferenciales de flipar y no parar, del 2% en adelante.
Me queda el consuelo de que esa futura debacle no será tan gorda (¿o sí?) como la que ha producido estos años una larga cascada de desahucios porque como dos de cada tres pisos se compran a tocateja son pocos los pobres que están comprando con intereses a precio de oro.