Por ahí corre el rumor de que, pase lo que pase, las mejores hipotecas están en la banca online. Si no estás peleado con Internet y no te importa perder el contacto físico, es cierto.
Ahora mismo es ING Direct, la entidad holandesa que abrió la veda hace 15 años, la que ofrece la mejor hipoteca del mercado, con un interés de Euríbor + 1,69%. Se nota que se toma en serio la competición por captar clientes, pues ha bajado el diferencial desde Euríbor + 1,89%.
Uno-e (del BBVA), Openbank (Santander), Activo Bank (Sabadell), Self Bank (mitad propiedad de CaixaBank) son algunos ejemplos. Hasta hace un año también estaba iBanesto, que pasó a ser iSantander cuando la entidad madre absorbió a Banesto.
La banca online tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles, como todo. Entre las ventajas que te puede aportar es que no suele cobrar comisiones ni por transferencia, ni por mantenimiento de cuenta, ni tampoco en las hipotecas. Igual que tampoco suele pedir mucho más que cobrar la nómina en la cuenta de la hipoteca, tener un seguro de hogar y otro de vida.
Entre que pide poca vinculación y los diferenciales suelen ser los más bajos del mercado, es raro que sus hipotecas no estén cada mes entre las más competitivas. Se lo pueden permitir porque tienen pocas oficinas físicas o ninguna y, por tanto, menos personal.
Las gestiones son online o por teléfono, lo que puede sacar de quicio porque, como suele pasar cuando llamas a cualquier call center, es rarísimo que te atienda la misma persona y ya se sabe que hay quien prefiere hablar siempre con el mismo y, ya que estamos, cara a cara.
No podemos decir que no te atiendan sino que lo hacen por teléfono, por Internet o en las oficinas de su banco matriz o en las que tienen en las grandes ciudades. Pero esto se deja para la gente que ya va a firmar la hipoteca o que quiere hablar de tú a tú. El problema es que los bancos online no suelen ser flexibles con las condiciones de sus hipotecas, pues entienden que ya tienen una oferta lo suficientemente competitiva como para mejorarla.
Como su negocio gordo se hace por Internet sus páginas web son más fáciles de usar que las de otros bancos, más encaminados a que te pases por la sucursal que a darte toda la información mascadita, que también son pistas para la competencia. Esto es un punto a favor de las entidades online porque la desinformación es desesperante.
La banca por Internet llegó con el siglo XXI, amenazando a la banca tradicional por sus precios y facilidad de gestión para las generaciones jóvenes. Hace un tiempo que ésta ha reaccionado y, por ejemplo Bankinter, ofrece hipotecas que poco tienen que envidiar a las de las entidades online.