Ha llegado a mis oídos que al menos dos bancos autorizan a sus empleados a negociar el tipo de interés con los clientes, bajando el diferencial de lo establecido, si es preciso.
Son Santander y Bankinter, dos de las primeras entidades en bajar los diferenciales del altísimo limbo en el que se encontraban. Ambas han situado sus hipotecas en Euríbor + 1,99% y Euríbor + 1,95% respectivamente, provocando que muchas otras entidades estén bajando en cascada sus diferenciales.
Euríbor + 2% sigue sin ser una hipoteca para tirar cohetes y sin estar al alcance de todo el mundo. Los sueldos bajos o congelados en el mejor de los casos, más la exigencia de los bancos de que seas más solvente que un ministro, hacen que estas hipotecas queden al alcance de unos pocos.
Pero la banca necesita dar hipotecas. Después de mucho tiempo en dique seco, con altísimos intereses que les han servido para mantener alejados a clientes de medio pelo mientras se fusionaban, reesctructaraban y demás, ahora necesitan dar hipotecas para ganar dinero. Es su mejor negocio.
La hipoteca lleva aparejada la contratación de seguros con los que también consiguen buenos beneficios, así que el banco no quiere, puede ni debe dejar escapar un buen cliente sólo porque su hipoteca no es lo suficientemente competitiva para atraerlo o retenerlo. Hay que evitar que a un tipo solvente se lo lleve la competencia.
De ahí que a Santander, Bankinter y quién sabe si a alguno más, les esté permitido desde las más altas esferas que puedan negociar el diferencial con estos clientes VIP (very important pagador) que amagan con irse con la hipoteca a otra parte o simplemente irse a otra parte a conseguir una hipoteca.
Si esta guerra por conseguir a los clientes que compran con hipoteca, apenas un tercio del total ahora mismo, se mantiene en el tiempo, es fácil que veamos a finales de este año hipotecas a Euríbor + 1% ó 1,25%. No son los bonitos diferenciales anteriores a la crisis, por debajo del 1% en los mejores casos, pero son más agradables a la vista y sobre todo al bolsillo.
Consejo y moraleja: si tienes ademanes de buen pagador, sueldo majo, dinero ahorrado, curro y pareja estables, seguramente te puedas permitir negociar con el banco (quién lo diría, hace cuánto que esto no pasa…). Si no te urge comprar, espérate a que pase algo más de tiempo, veremos hipotecas con mejores condiciones en las que el banco también saldrá ganando y tú saldrás menos perdiendo que con las actuales.