Has ido a chorrocientos bancos a pedir una hipoteca y todos te han dicho que no. Aún así, te quieres comprar un piso pero no tienes tanto dinero y nadie te lo presta. ¿A quién recurrir?
Existen particulares o empresas que te lo dejan sin hacer tantas preguntas ni ponerte tantas trabas. Se anuncian por todas partes con el reclamo de hipotecas urgentes o dinero al instante.
Suena a música celestial cuando previamente te han rechazado, pero ándate con ojo si no quieres ser carne de cañón y que la hipoteca sea peor que las hemorroides después de comer picante.
Estas empresas siempre han existido pero, a raíz de la crisis y la tacañería que se traen los bancos, han surgido como champiñones y se han sofisticado.
Antes te cobraban el dinero en 6 ó 12 meses y ahora te dejan pagar en cuotas mensuales durante 10 ó 15 años. El dinero rápido suena goloso, pero tiene sus consecuencias.
Que sólo te pidan el DNI o pasaporte y la escritura de la casa, sin avales ni las 20 cosas que te exige el banco es muy llamativo. Nadie da euros a 90 céntimos, así que el truco del almendruco está en que no pedirte nómina, domiciliación de recibos, contrato, firma de seguro de hogar y vida, vida laboral y, si te descuidas, hasta antecedentes penales, redunda en una hipoteca al final muy cara.
Da igual tu edad, si estás en algún registro de morosos, si ya te han embargado previamente o si quieres reunificar tus deudas. Pero, con lo careros, carroñeros y usureros que son los bancos con las hipotecas, sobre todo a partir de la crisis, estos prestamistas les pueden hacer santos en un momentín.
Algunas te dan el 100% de lo que pides pero otras no pasan del 40%. ¿Y quién tiene ahorrado el 60% de lo que vale un piso? Para eso te vas al banco, que te da el 100% para sus pisos y hasta el 80% para cualquier otro.
Los intereses que en un banco rondan ahora el Euríbor + 2% en adelante, llegan al 10% en estas empresas. Al no pedirte casi nada, ellos asumen todo el riesgo y, por tanto, tienes que olvidarte de un préstamo a tipo variable. El interés es fijo y muchísimo más alto que el del banco.
Y eso por no hablar de las comisiones, que te pueden dejar a cuadros. La de apertura del préstamo es un ejemplo: los bancos ya casi no la cobran y estas entidades pueden clavarte un 2%. En 3 días puedes tener la pasta y te hacen todas las gestiones, pero te clavan hasta el doble por el notario, la gestoría, etc.
A veces te dejan devolver el dinero al final del todo, pero como no lo hagas entras en la vía judicial directamente y sin pasar por la casilla de salida. En la ridícula tasación de la vivienda -si se la quedan- y en cláusulas abusivas como los intereses de demora, esos que cobran si te retrasas en el pago, quedan empatados con los bancos.
Precaución, amigo deudor. Los prestamistas privados son una opción, si bien tienes que hacer bien los numeritos para calcular cuánto tendrás que devolver al final, como harías con el banco. Seguro que te sale una cantidad indecente, como en cualquier préstamo, pero al menos evitas sorpresas desagradables.