No, no estoy hablando de adjudicación de VPO ni de adjudicación de hipotecas; más quisiéramos muchos… Estoy hablando de adjudicación de pisos subastados porque hay familias que han dejado de pagarlos se los ha embargado el diablo disfrazado con traje y corbata de banquero de postín para venderlos al mejor postor.
Según un señor muy aburrido y con ganas de notoriedad que ha publicado un informe de subastas en 2009, éstas se duplicaron el año pasado con respecto al anterior y no tienen un futuro muy halagüeño para 2010 ni para 2011, ya que espera que se vuelva a duplicar la cifra de 2009. ¡Guay!
Antes que pararse a pensar qué harían con los pisos cuando los embargaran o qué pasarían si embargaban más de la cuenta aunque fuera un marrón para ellos, los prestadores de dinero por excelencia prefirieron darle al botón “Delete” para las familias e “Intro” para ellos.
Parece ser que esta jodía crisis que no nos sacudimos, de la que el aumento de los embargos son consecuencia directa, es culpa de una entidad estadounidense llamada Goldman Sachs y de las hipotecas basura que comercializó sin orden ni concierto. Ya se sabe: cuando Estados Unidos estornuda, Europa se resfría (y España coge una pulmonía de las de dos semanas en cama).
Esta vaina de las casas embargadas y subastadas a diestro y siniestro es una desgracia para el mercado inmobiliario porque aumentan el stock, para los bancos porque aumentan su propio stock y sus gastos, y cómo no: una desgracia para las personas que a golpe de mazo y voz en grito ven escaparse el chalé de sus sueños o el hogar de sus hijos.
Las entidades financieras nunca son dignas de compasión, tienen todas las herramientas y la información en la mano así que, si fracasan o meten la pata, que asuman las consecuencias de su avaricia. Pero las familias sí, algunas… Lo son las que no pueden hacer frente a más cosas y no han tenido más remedio que dejar de pagar de la hipoteca para sobrevivir a ella.
No lo son las que no quisieron ni abrir las cartas del banco, ignorando los avisoa de embargo como si por ignorarlos dejaran de existir o de tener validez. No lo son las que, tan avariciosas como los bancos, se embarcaron en casas tan grandes como buques en las que tienen que hablarse a gritos porque sólo son dos y gastarse un dineral en calefactar los metros que ni siquiera usan.
En ninguno de estos casos tenía que haber ocurrido pero los bancos no perdonan ni juegan a tomar el té como las niñas con las muñecas. Cuando te hacen firmar van en serio y cuando no lo cumples te echan de casa sin más.
Mis condolencias si os ha ocurrido, siendo afortunados a los que no. A todos los deseo que paséis un buen día