A una mujer que gana 500 € al mes y está a punto de perder su trabajo el banco le dio en 2008 una hipoteca de 123.000 €.
Era para comprar un piso que costaba 66.000 euros, tenía que devolver el dinero en 40 años y no le pidieron avalistas ni nóminas, ni vida laboral ni ninguna de las casi 20 cosas que te suelen pedir para estudiarte a fondo y saber si serás buen pagador o un moroso de cuidado.
Vamos, que no comprobaron ni su situación financiera ni su capacidad para devolver el dinero. Y yo no sé quién está más tonto, si el banco que le dio la hipoteca o la mujer que contrajo una deuda muy por encima de sus posibilidades.
La cosa cambia cuando te enteras de que la mujer es nigeriana y analfabeta. ¿Y el que autorizó el préstamo en el banco? ¿Tampoco sabe leer ni escribir?
La que sí sabe más que los ratones coloraos es la de la inmobiliaria, una tipeja de que pagaba 150 pavos a cada nigeriano que le traía un compatriota para comprar un piso. La tía ni sabía ni quería saber si estabas en condiciones de firmar una hipoteca, sólo le importaba vender sus viviendas.
Y así ha pasado: ahora son muchos los nigerianos que le compraron y ya han sido deshauciados por el banco porque no han podido hacer frente al préstamo. Era de esperar. A estas personas les convencían sus compatriotas de que era un buen momento para comprar y de que les salía más barato que alquilar.
Con tanta diferencia entre los ingresos y la deuda pasó lo que tenía que pasar: que la mujer dejó de pagar y el banco le embargó el piso. La misma historia de terror que ya han vivido cientos de miles de personas en España desde que empezó la crisis, con la diferencia de que ésta ha terminado en los tribunales.
Pero, flipa: una juez de Sevilla ha archivado la denuncia porque no ve ningún delito. Dice que la mujer se metió en un charco que le iba grande, que es culpa suya embarcarse en una deuda que desde el principio se sabía que no iba a poder pagar y que no hay ningún engaño.
Al tener un contrato temporal como limpiadora, la mujer perdió el trabajo a los dos meses y medio de firmar la hipoteca y ha terminado pidiendo ayuda a varias ONG, entre ellas Cáritas. ¿Tú te crees que esto haya ocurrido?
¿No te parece un abuso y una insensatez por todas partes? A lo mejor es que la sinvergüenza de la inmobiliaria es prima hermana de la juez. Si no, no me lo explico…