A mí me suena la cantinela, ¿y a ti? Hace ya tiempo que a los bancos se le están atragantando e indigestando los pisos embargados alegremente a gente a la que, también alegremente, se le dio la hipoteca sin comprobar con seriedad si podrían pagar incluso con el Euríbor alto.
Aunque esto nos suene, es como la canción del verano: llegas a acostumbrarte porque suena todo el rato, pero sigue sonando porque sigue siendo actual.
Y es que los bancos aún se las ven y se las desean para deshacerse de los pisos y por eso han actualizado su armamento. El stock más resistente se localiza en Andalucía, toda la Costa Mediterránea, Madrid, La Coruña y Toledo, y el objetivo es deshacerlo.
Con la esperanza puesta en que el road show del ministro de Fomento, José Blanco, tenga éxito por los 6 países europeos en los que pretende endiñar los pisos de zonas turísticas que decoran el panorama como fantasmas, los bancos siguen jugando sus cartas, intentando al mismo tiempo nadar y guardar la ropa.
Pero es que no se puede pretender deshacerse de los pisos y seguir obteniendo los mismos beneficios. Como no quieren bajar los precios, cosa que deberían hacer porque sabemos que siguen sobrevalorados un 40%, se dedican a ponernos las hipotecas aún más inalcanzables con requisitos más difíciles de cumplir. ¿Se habrán creído que venimos del circo y nos mola el más difícil todavía?
Por ahí se dice que algunos bancos han empezado a ofrecer descuentos hasta del 60%, hipotecas por el 100% del valor de tasación del piso y a devolver en 50 años. Será desde el más allá tú, o desde el más acá tus descendientes; los padres ya no dejarán un piso a sus hijos: ¡les dejarán un marrón y una hipoteca!
Con este sistema de bajar pero no bajar precios, volver a financiar el 100% del piso o más y a muchísimos años, lo que pueden conseguir los bancos es una nueva burbuja inmobiliaria que estallará dentro de dos o tres años, impidiendo que nos recuperemos de una crisis interiorizada que estamos deseando abandonar.
La letra pequeña de estas nuevas y escasas hipotecas es que suelen ser para menores de 35 años, con muchos ahorros, y una gran fidelidad -¡¡esclavitud!!- al banco. Tienes que ir a ferias inmobiliarias, participar en sorteos, pujar por los pisos, visitar sus portales inmobiliarios y encomendarte a San Hipoteco, para evitar comprar el piso y encontrarte el hueco.
Tanto si os váis por ahí como si hacéis el llamado turismo de interior (estando en el interior de la casa, quiero decir), os deseo una ¡MUY FELIZ SEMANA SANTA!