Primero fue Bankinter, en octubre de 2013, con su Hipotica a Euríbor + 1,95% y un mes después CajaSur, con su Algo está cambiando, una hipoteca a Euríbor + 1,25% aunque en condiciones bastante exigentes.
Santander se ha picado y ha dicho: aquí marica el último, año nuevo, hipoteca nueva, lanzando un nuevo préstamo que también rompe la barrera psicológica del 2%.
La súper-mega-entidad de Emilio Botín baja el diferencial de sus hipotecas a la mitad y pasa de Euríbor + 4% a Euríbor + 1,99%, con un interés fijo el primer año del 2,95%, para protegerse de lo bajo que está el Euríbor y ganar más dinero con estas nuevas hipotecas, que se ofertarán hasta el 30 de abril.
Parece que sí, que algo está cambiando lentamente en el mercado hipotecario, que el grifo del crédito, cerrado a cal y canto y sujeto a hipotecas muy caras con condiciones imposibles para muchos, se abre gota a gota. Pero este pequeño oasis en el desierto de altos diferenciales es sólo para clientes solventes, gente con buenas nóminas.
El Santander da hasta el 80% a pagar en 30 años y a cambio pide unos ingresos mensuales mínimos de 2.500 €. Euríbor + 1,99% sólo te lo dan si te vinculas a la entidad: domiciliar la nómina y 9 recibos en los 3 meses anteriores a firmar la hipoteca (en algún sitio los tienes que tener), pagar 500 € con tarjeta al trimestre (esto lo haces con la gorra simplemente pagando la compra del súper) y contratar un seguro de hogar (que siempre viene bien), del que te regalan el primer año.
Aquí se ve claramente que el banco de Botín no quiere perder el tren que han puesto en marcha CajaSur y Bankinter, captando nuevos clientes y atándolos bien con cosas que, por otra parte, no son abusivas sinotirando a razonables. Si no las contratas, el diferencial sube un punto hasta el 2,99%.
Para la oferta hipotecaria que hay ahora mismo son buenas condiciones, pero todavía no podemos hablar de hipotecas baratas, porque objetivamente no lo son. Son baratas comparadas con otras hipotecas que hay ahora. Y lo más importante: no perdamos de vista que piden ingresos mínimos de 2.500 pavos al mes, lo que no está al alcance de, por ejemplo, una pareja de mileuristas y ya no digamos de los que no cobran ni mil euros al mes, que cada vez son más.
Cae el Éuríbor, baja el precio de los pisos y se relajan las condiciones de algunas hipotecas, pero sigue siendo insuficiente para que muchas personas accedan a una vivienda en propiedad porque los sueldos también han caído y la precariedad laboral y el paro han aumentado.
Ahora que un gigante financiero como el Santander ha dado este paso al frente a ver qué hacen otras entidades, que seguramente se vean arrastradas a mejorar las condiciones de sus nuevas hipotecas, lanzando productos mejores para competir. Tengo especial curiosidad por ver qué haran los bancos online, con ING Direct a la cabeza.