El Euríbor, índice del que dependen la mayoría de hipotecas en España, despidió enero en el -0,095%, un nuevo mínimo histórico que no sorprende.
Sigue alegrando a los hipotecados sin suelo que revisen su cuota con él. Si la revisión es anual les abaratará una media de 60 € al año (a razón de 12€ por mes).
Si la revisión es semestral, el ahorro medio será de 3 € al mes, que suman 18 € en los próximos seis meses. Hace tiempo que los préstamos con revisión semestral ahorran menos porque el Euríbor lleva cayendo más de dos años, el último siempre en negativo.
¿Pero por qué cae tanto el Euríbor? ¿Se quedará como está… Bajará más… Cuánto volverá a subir? Son preguntas que nos hacemos todos. La caída se debe a dos cosas: que los tipos de interés están en el 0% y que los bancos tienen tan fácil conseguir dinero gratis que cuando se prestan entre ellos se pagan en lugar de cobrarse.
Se cree que el Euríbor seguirá a la baja al menos durante este año, si bien hay que estar muy pendientes de cuándo entra en vigor la nueva forma de cálculo, que se esperaba para este trimestre pero se ha retrasado a julio. El nuevo método lleva año y medio de retraso en su puesta en marcha, por dos motivos.
El primero es que el EMMI (autoridad europea que lleva el tema) teme que salga positivo y, por tanto, una cifra tan alejada de la cotización actual que suba las hipotecas de golpe hasta 150 € al mes, una barbaridad que dejaría tocada la economía familiar, algo que no interesa. Se quiere salir de la crisis, no ahondar en ella.
El segundo es que de los 70 bancos a los que se pidió que dieran el interés medio al que prestan dinero a otras entidades, sólo 29 han aceptado. Una cifra superior a los 20 que actualmente aportan datos para el Euríbor, pero muy alejada de los 40 que hubo y de los 70 a los que se ha contactado. Entre los que ya participan hay 7 españoles: Caixabank, Cecabank, BBVA y Santander, que ya estaban, y tres nuevos: Popular, Sabadell y Bankia.
Existe otra previsión más positiva: que el Euríbor suba este año hasta el entorno del 0%, cerrando el año en el 0,10%, cosa que veo que más bien ocurrirá en 2018, cuando se calcula que, como muchísimo se pondrá en el 0,20%. Son los cálculos más altos, ya que no debe subir tanto tan rápidamente, sobre todo si se volviera a retrasar la nueva fórmula del Euríbor y si el Banco Central Europeo (BCE) no sube los tipos de interés, algo complicado antes de por lo menos un año.
Aunque se espera que Estados Unidos suba sus tipos 4 veces este año, Europa es más conservadora y hasta que no vea que la economía despega, entre otras cosas porque los sueldos no suben, el BCE no dejará de comprar deuda y de tener los tipos en el 0%, lo que asegurará un Euríbor muy bajo, en el entorno actual o pelín por encima.
Esto es genial para los hipotecados, pero nefasto para los bancos, que blindan unas ganancias estables con hipotecas a tipo fijo, que ya son un tercio de las nuevas que se firman. No nos engañemos: el tipo fijo tranquiliza más al banco que al hipotecado, pues le evita sustos de pérdida de ganancias si el Euríbor sube.