Mañana despedimos diciembre y también el cuarto y peor año de la crisis. Como cada mes, también tenemos la cifra en la que se prevé que cierre oficialmente el Euríbor, ese indicador del dependemos el 95% de los que tenemos hipoteca para saber cuánto pagaremos de cuota los próximos 6 o 12 meses.
Todo apunta a que el Euríbor dirá adiós al mes de la Navidad en el 2%. Desde abril el Euríbor no bajaba de la barrera psicológica del 2% en alguna de sus cotizaciones diarias, si bien esto no será suficiente para que cierre el mes por debajo del 2% ni para abaratar las hipotecas a las que les toque revisión anual, porque en diciembre del año pasad estaba en el 1,526%. Se calcula que para una hipoteca media la subida será de entre 30 € y 36 € al mes, que son entre 360 € y 432 € más al año.
Como ya pasó en noviembre, sí bajarán las que tengan revisión semestral porque el Euríbor de junio cerró en el 2,144%. Se supone que este indicador, al que le pueden quedar dos telediarios para las nuevas hipotecas cuando empiecen a aplicar en abril el IRS, seguirá bajando en 2012 para abaratarnos realmente un poco lo que pagamos al banco por el piso.
Pero no se esperan grandes bajadas sino como más bien como las de ahora: tímidas, lentas y agarradas como los bailes que se marcaban en los guateques los que ahora son abuelos currantes por horas para ayudar a los hijos a los que curran a todas horas en trabajos medioesclavistas.
Se ha notado que el nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Super Mario Draghi, ha corregido la metedura de gamba de su antecesor, Jean Claude Trichet, volviendo a poner el precio del dinero (o lo que es lo mismo, los tipos de interés al que los bancos se prestan) en el mínimo histórico del 1% para ver si fluía la pasta.
De momento lo único que ha fluido son 490.000 millones € que el BCE ha prestado a los bancos españoles para que tengan dinero contante y sonante, lo que se llama liquidez. Esto ayuda a que el Euríbor baje, pero no a que los bancos se presten entre sí, que es de lo que realmente depende el Euríbor.
Los bancos siguen apretándonos las tuercas, negociando con más morosos que antes, pero pidiendo el oro del que cagó el moro y el moro mismo para asegurarse de que les vamos a pagar. Los bancos se han convertido en prestamistas de una élite que nunca ha tenido problemas para pagar, dejando fuera a los que más necesitamos que nos presten su dinero. Asín es…
¡Feliz entrada y salida de año!