Según el Colegio de Registradores, la situación actual es más propicia para firmar una hipoteca de lo que lo era hace unos años. Si bien estamos al mismo nivel de hipotecas que en 2003, estamos muy lejos de igualar o siquiera acercarnos a las cifras del boom inmobiliario, entre 2004 y 2009.
Y mejor, porque fueron años locos de préstamos que se volvieron caros por la subida del Euríbor. Un tercio llevaban cláusula suelo, tienen plazos muy largos (o sea más intereses a pagar) y en algunos casos llegaron al 100% o 110% del precio de la vivienda. Por lo menos tenían menos vinculación y comisiones que las ofertas actuales.
La gente que vive bien ahora es la que tiene una hipoteca de aquéllas con un sueldo de los de entonces, aunque el piso ya no valga lo que se está pagando por él, dada la devaluación (de media un 30%) del precio de la vivienda. Se pueden desgravar la hipoteca en la Renta todos los años y, si no tienen suelo, están pagando las cuotas más bajas de toda su vida presente, pasada y futura.
Precisamente por esa caída en el precio de los pisos dicen que es más fácil que antes endeudarse para comprar un piso. También, dicen los Registradores, porque ha habido una ligera subida de los sueldos, un mayor aporte de ahorros, un alargamiento en el plazo de pago (de media más de 20 años en liquidar la hipoteca), mayor disposición de los bancos a prestar dinero y mejores ofertas con diferenciales más bajos e incluso hipotecas a tipo fijo en el 2%, algo nunca visto que ha supuesto que uno de cada diez préstamos que se firma es a interés fijo. Algo histórico.
No digo que esto no sea así para determinado tipo de gente. Los que mantienen el trabajo en condiciones de las de antes, incluidos los sueldos, porque ahora con menos de 2.000 -2.500 € al mes por familia la mayoría no te presta ni un céntimo. Los que tienen dinero ahorrado, como mínimo un 20-30% del valor del piso. Los que nunca han tenido problemas de pago y no parece que vayan a tenerlos.
Estos son a los que los bancos les ponen ojitos. Pero no podemos generalizar y decir que ahora es más fácil hipotecarse que antes, porque la vivienda en propiedad no está al alcance de todo el mundo. Quedan fuera los jóvenes, que son los principales formadores de hogar y demandantes de pisos.
También quedan excluidas muchas familias mileuristas o monoparentales que con un sueldo o dos no tienen para hipotecarse, y tampoco están los azotados laboral y económicamente por la crisis. O sea que maticemos: es más fácil endeudarse para los que realmente pueden, para los que necesitan ayuda no la hay, porque por no haber ya no hay casi ni hipotecas para jóvenes.
Una cosa es ser prudente en la concesión de préstamos y otra obsesionarse con el perfil y dejar fuera a la mayoría de la gente. Así los bancos no lograrán su tan ansiada cartera grande de clientes, por lo que supongo que se liarán a cobrar comisiones a unos para paliar el impago de otros.