Queridos hipotecados que solo pensáis en las vacaciones, la jornada intensiva y la paga extra (qué afortunados sois quienes, además de tener un trabajo, tenéis una, dos o las tres cosas):
Hoy no sé por dónde empezar porque parece que todas las estadísticas le hacen muecas burlonas al Gobierno, que ya no sabe dónde mirar para no ver cortes de mangas en todos los informes del sector hipotecario.
En este país de viejos y resabiados, donde sobre todo sufrimos los jóvenes e inexpertos, está visto que no se puede tener una hipoteca ni queriendo. Los bancos y las cajas hace tiempo que cerraron filas en torno a las cuatro perras que les quedan, las pusieron a buen recaudo en la hucha cuando el patrón Banco de España les ordenó que guardaran provisiones y nos dieron la espalda, manque digan lo contrario en sus campañas publicitarias.
Primero nos dieron mucho crédito y ahora ninguno. Y si no nos dan crédito, ¿qué crédito vamos a darles nosotros, por mucho que anuncien lo contrario de lo que hacen? Abramos los ojos: no nos dan hipotecas y hasta que no empiecen a dárnoslas, no se arreglará la economía.
Tomaros la biodramina que empiezo con la sección de Sucesos:
- Según el INE (quién si no), el número de hipotecas se estancó en abril con una ridícula subida del 0,2% respecto a abril de 2009. Statu quo, stand by, stop. ¡Basta! ¡¡Queremos hipotecas!! Necesitamos hipotecas…
- El importe medio de las hipotecas baja un 10,6% en un año. Baja, es terrible, pero también ha bajado un 15% de media el precio de la vivienda.
- Máximo histórico de familias que pierden la casa por no pagar la hipoteca. Vergonzo, triste, lamentable… Ya no me quedan pañuelos ni en la imaginación.
- Aumentan los procedimientos judiciales relacionados con hipotecas. Lo que faltaba, esto ya es el desmoche.
- Los promotores creen que la recuperación de las hipotecas es “poco acusada”. Se han quedado calvos, además de pasarse de místicos, eufemísticos y optimistas. Hay que ser tonto para decir eso, yo más bien diría que la recuperación nula tirando a nefasta e inexistente.
Tras este batiburrillo de desgracias, quitemos la paja y vayamos al grano: cada día somos más pobres. Compramos un piso que valía un dineral, pagamos lo que pudimos y ahora no lo vendemos ni por una pequeña parte. Pero qué más da… ¡Ayer jugó y ganó España!