Las hipotecas vuelven a fluir. No como hace unos 7-8 años, que quizá fue demasiado, pero sí más que en los últimos tiempos.
Pero no fluyen igual para todos. In-fluye mucho tu edad, si tienes pareja, ahorros, si te lastran otras deudas, tu trabajo es estable, ganas un buen sueldo…
También depende de cuánto dinero tengas ahorrado. Rarísima es la entidad que presta más del 80% del precio del piso o el valor de tasación (lo que sea más bajo), salvo que se trate de una de sus viviendas, especialmente de las que más trabajo les está costando sacarse de encima.
Como no todos los que se acercan a preguntar por sus hipotecas son iguales, pues no tienen iguales hipotecas para todos. En esto también hay clientes VIP, alfombra roja y trato especial si cumples ciertos requisitos, como los mencionados.
Concretando, hay que ganar como mínimo 50.000 € al año. La cosa mejora si, además, te atas a la entidad con otros préstamos, les confías tus cuantiosos ahorros, tienes varias tarjetas, muchos seguros… Lo de siempre. Cuanta más vinculación, más bajan el interés, aunque esto no siempre resulta rentable porque a veces lo que ahorras por un lado lo pagas con creces por otro.
A cambio te dejan gozar de un diferencial del 1%, frente al 1,6% – 1,7% que como mínimo se oferta para el resto de mortales. Fíjate que muchas páginas webs de bancos, especialmente los que no son banca online, no publican todas las condiciones (o casi ninguna) de sus hipotecas.
Te incitan a escribirles o aún mejor: llamarles por teléfono o presentarte en sus oficinas para un examen cara a cara. Dime qué perfil tienes y te diremos qué hipoteca te damos. Es lo que los bancos llaman hipotecas flexibles, porque las adaptan a su conveniencia según vean cómo eres. Cajastur, Bankinter, Caixabank, BBVA y Barclays son algunas de las entidades que utilizan este múltiple rasero.
Publicando ofertas a Euríbor + 1,70% los bancos dan apariencia de abrir el grifo del crédito con una mano mientras que con la otra sueltan el dinero sólo para quienes cumplen el perfil que más les conviene. Desde luego quien gana como mínimo 50.000 € al año no habría tenido problemas para comprarse un piso hace unos años ni tampoco lo tendrá ahora. Simplemente ahora lo tiene menos caro.
Igual que no te fías igual de tus padres que de un desconocido, los bancos tampoco se fían igual de un mileurista con trabajo temporal que de su jefazo con 15 años de antigüedad y una meganómina. Se han cansado del deporte de riesgo de dar dinero a cualquiera, así que ahora hasta la ropa interior nos la miran con lupa.