Por tercer mes consecutivo, el Euríbor vuelve a subir, dándonos otro sustillo moderado en la cuota de la hipoteca en un intento por amargarnos este puente de todos los Santos.
Aunque la cifra la tendrá que oficializar esta semana, como siempre, nuestro amadísimo Banco de España, el Euríbor cierra octubre provisionalmente con una media del 1,495%, si bien algunos días de octubre ha superado el 1,5%.
Con esta nueva subida el Euríbor es un 20% más caro que hace un año. Hace dos y tres rozaba el disparate del 5,5%, alentado por la especulación, la inconsciencia general y la inconsistencia de las inversiones inmobiliarias. Vamos, que nos suben la hipoteca y encima tenemos que dar gracias de no estar tan mal como antes.
Es la mayor en 3 años y, por supuesto, la mayor en 2010, año en el que el Euríbor ha recordado cómo escalar, después de estar año y medio bajando. Lo peor es que en esta carrera de fondo, en la que va lento pero seguro, no parará de subir y subir, sin importar si nosotros podremos pagar o no las cuotas.
Y es que el Euríbor no depende de nuestro poder adquisitivo. ¡Ojala! ¡Ya quisiéramos nosotros! El Euríbor, que es el precio al que los bancos compran dinero, depende del interés que se pongan entre sí al prestárselo o de la voluntad del Banco Central Europeo (BCE).
El BCE prometió, y lo está cumpliendo, congelar los tipos de interés en el 1% hasta que la crisis escampe un poco y la economía empiece a reactivarse. Es una cifra historiquísisisisima, que nunca se había visto en países de la zona euro en más de 50 años.
Pero como el BCE está hasta los milindrines de la dependencia económica que tienen de él los bancos, ha decidido dejarse de contemplaciones y, para ver si espabilan solitos, dejar de prestarles pasta. Como consecuencia han empezado a prestársela entre ellos, por eso sus préstamos y trapicheos suben el Euríbor.
Y lo que lo encarecerán, porque se prevé que las subidas continúen hasta finalizar el año por encima del 1,5% y pa’ arriba-pa’ arriba durante el año siguiente.
Luego los bancos nos dicen de firmar truco o trato, y al final firmamos los dos: un trato con truco del almendruco. A lo mejor tenemos que acabar contactando con el Más Allá para que nos echen un cable en las hipotecas del Más Acá.