La Audiencia de Navarra acaba de dictar una sentencia histórica a favor de un hipotecado y en contra de un banco, en un tema más caliente que otra audiencia: la de las Chicholinas en los 80: uuuhhhhh…. Ahh…
Este tema no es otro que la dación de pago, o lo que es lo mismo: que entregar el piso al banco salde la deuda con él cuando dejas de pagar las cuotas de la hipoteca y el banco saca el piso a subasta.
En países como EEUU ya es así, mientras que en España el banco tiene el morro de reclamarte la diferencia entre el valor al que el piso sale a subasta, normalmente una miseria, y el valor que se marcó en la tasación.
Me alegra que un Tribunal navarro haya dado pal pelo al BBVA, remarcando con esta sentencia firme que es “moralmente rechazable” que quien ha causado la crisis -¡¡los bancos!!- tengan la jeta de reclamar pasta, además del piso, para saldar la deuda, alegando que la vivienda se ha depreciado y ya no tiene el valor que tenía cuando se concedió la hipoteca.
El Tribunal navarro se pasa esto por el forro y, aunque reconoce que el banco tiene derecho a reclamar dinero para saldar la deuda, este derecho se anula cuando el dinero que el banco prestó es igual o inferior al valor que el piso tiene marcado para una subasta, que en este caso es casi el mismo que el montante que se prestó en la hipoteca.
Si un tribunal ve suficiente entregar el piso para saldar la deuda hipotecaria, ¿por qué nuestros políticos no? ¿No se supone que son elegidos para representarnos y, con ello, mirar por nuestros intereses? Como no vivo en los mundos de Yupi ya sé que esto no es así, aunque no sobra recordar que así debería ser nuestro sistema.
Los políticos no tienen bemoles de establecer por ley que entregar el piso sea bastante porque dicen que los bancos podrían perder algo de dinero, luego ya están demostrando que para ellos los bancos van por delante de nosotros y que nuestros votos los creen asegurados mientras que el dinero que reciben prestado -e incluso a veces perdonado– de los bancos nunca es seguro ni tampoco nunca lo bastante peloteado.
Esta sentencia es pionera, pero mucho me temo que no lo suficiente, puesto que seguro que ningún gobernante cambiará nada a raíz de esto, ni siquiera para conseguir votos. Tal vez con unas cuantas sentencias como ésta… ¡Vamos jueces, animaos! ¿Les cantamos el go, go, go, alé, alé, alé de Ricky Martin a ver si jueces y políticos se animan a igualarnos con otros países desarrollados?