Las hipotecas nos traen de cabeza a todos. Las subidas que hubo del Euríbor, las cláusulas abusivas, intereses por las nubes, los cambios de índice de referencia, las hipotecas multidivisa…
No es de extrañar que alguna vez los problemas hipotecarios nos ronden la cabeza. Tener deudas es estresante para cualquiera, aunque una vez vi a un hombre en el programa Ajuste de Cuentas al que le encantaba estar endeudado y vivir al límite. Había sufrido cosas muy chungas y le ponía a cien el riesgo económico.
Como éste hay pocos, menos mal. Lo ideal es no tener deudas o, si las tienes, no estresarte por ello. La clave es elegir una hipoteca o pedir un préstamo que puedas pagar, no pasarte con la tarjeta de crédito y vivir por debajo de tus posibilidades para ahorrar algo.
Lo malo es que tener una hipoteca te cause estrés, psicosis, problemas con el alcohol y otras drogas ilegales, depresión y movidas varias. Porque, según un estudio de la Universidad de Southhampton en Reino Unido, las personas con deudas tienen más probabilidad de sufrir todo esto que las que no están endeudadas.
Para afimar semejante cosa, han estudiado a más de 34.000 maromas y maromos que tenían hipoteca, otras deudas y que le daban cosa fina a la tarjeta de crédito. La conclusión fue que el 25% de esta gente tenía problemas con las drogas, depresión o sufría psicosis.
Hombre… Como digo, tener hipoteca puede ser estresante, pero hay gente que no la tiene y también hace levantamiento de vidrio en barra fija y usa el carné de identidad para algo más que para enseñarlo junto a la tarjeta de crédito cuando la saca a pasear por las tiendas.
Estos de la universidad británica también dicen que alguno de ellos había pensado más de una vez en quitarse la vida, un tema con el que hay que tener mucho cuidado y con el que no se puede frivolizar, como han hecho en un banco ruso. Allí, una entidad llamada Tinkoff envió una propaganda incitando al suicidio a un joven que, habiendo sido muy cumpidor, dejó de pagar la hipoteca.
Cuando el chaval les pidió explicaciones, no se les ocurrió otra cosa que decirle que era una forma de llamar la atención a los morosos y que, si se lo pedía, podía refinanciarle la deuda. ¡¡¿Mmmmm?!! Yo lo mínimo que hubiera hecho es poner cara de póker, pensar que están majaras y, como ha hecho él, denunciarles. Qué pasada, ¿no crees?