Emilio Botín, que por supuesto espero que esté descansando en paz, nos dejó hace un mes sin dar explicaciones ni pagar por las hipotecas tóxicas.
Y eso que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) le demandó en 2013. La causa, que seguía adelante sin él, acaba de ser desestimada por el juez Ruz, porque no ve indicios de delito ni que haya afectado a muchas personas.
El cabreo de la PAH es más que evidente y lo ve como un homenaje póstumo a Botín, al que parece que no se puede tocar ni después de muerto. Ya se sabe… Si quieres que hablen bien de ti, tienes que palmarla.
De las miles de hipotecas comercializadas por el Santander y BNP a través de UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios) muchas han terminado en desahucio en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia. Según la PAH es una estafa de varios millones de euros.
Tanto éste como otros movimientos ciudadanos piensan que es injusto que se vaya de rositas, siendo el Santander el cuarto banco con más embargos y ejecuciones hipotecarias en España y a la vez uno de los que más deuda ha perdonado a Partido Popular y PSOE.
Como además es uno de los que más ha invertido en publicidad en los medios, el día de su muerte le alaban y elogian sin parar en vez de recordar, o además de recordar, que fue uno de los mayores tiburones financieros.
No está mal ganar dinero, no es eso. Es la forma de hacerlo. Tenía dos millones de euros en Suiza, de los que evitaba pagar impuestos en España, y su banco también comercializó preferentes y bonos basura.
Emilio Botín también se ha ido sin que le hayamos podido agradecer que introdujera en España las comisiones bancarias, a finales de los años 80. Sólo en 2013 fueron 18.400 millones de euros, de los que un tercio se cobraron por comisiones declaradas ilegales y, por tanto, anulables mediante denuncia judicial.
También fue el que dejó el colegueo a un lado, incitando a la banca a olvidar el acuerdo tácito de no agresión que mantenían y empezando a robar clientes con campañas comerciales bastante agresivas.
Botín era uno de los grandes y, por mucha rabia que nos dé, creo que no hubiera pagado por nada, ni aunque hubiera vivido 100 años. Que yo recuerde el único banquero que ha ido a la cárcel es Mario Conde y míralo ahora, con la misma gomina, muy cotizado como contertulio y cobrando un pastón como conferenciante… Si no sabes qué quieres ser de mayor, hazte banquero: la lías parda… ¡Y luego aquí no ha pasado nada!