Un tercio de los embargos podría evitarse. ¿A qué están esperando para hacerlo? ¿A seguir batiendo récords? Con una media cercana a los 100.000 embargos al año desde que empezó la crisis en 2007, las familias ya no sabemos qué hacer para pagar la hipoteca, llegar a fin de mes, encontrar trabajo, mantenerlo y seguir adelante.
En España, 901.300 familias no pueden pagar la hipoteca; 344.500 no pagan los recibos, y 322.700 tienen problemas para pagar los cargos de la tarjeta de crédito. En total, el Instituto Nacional de Estadísitca (INE), calcula que en España hay 1,24 de hogares morosos.
Si multiplicamos por dos, tres o cuatro personas que puede tener un hogar, imagínate a cuánta gente con cara, ojos y sentimientos, afectan estas cifras que en números pueden parecer frías, pero que calientan la cabeza de quienes viven esta realidad.
Lo paradójico, según el INE, es que en el 60% de las familias morosas todos trabajan mientras que solo el 10% tienen a todos en paro.
Habrá gente que haya llevado un tren de vida por encima de sus posibilidades, y habrá quien, a pesar de trabajar, no gane lo suficiente para cubrir sus necesidades y las de los suyos. Esto sí que es preocupante y nos hace una radiografía de la miseria que está reproduciéndose en España.
También es preocupante que ahora se descuelgue la Agencia Negociadora de Productos Bancarios (ANPB), diciendo que un tercio de los embargos podría evitarse. Algún interés tendrá en afirmarlo, además de la noble tarea de remarcar lo mal que nos van las cosas y lo mejor que podrían irnos con otros aires.
La solución que proponen es la reunificación de deudas, que a mí tampoco me parece la panacea, porque muchas veces echas los cálculos y, al final, reagrupadas las deudas acabas pagando más dinero.
Más dinero es el que sí están pagando por su piso los que se lo han comprado este año, una vez colgado el cartel de R.I.P. en la desaparecida deducción fiscal por compra de vivienda habitual. Pues no van a echar de menos ni ná desgravarse la hipoteca en Hacienda al año que viene…
Y eso que el Gobierno quitó la deducción para los que ganan más de 24.000 € al año y la reguló para las inferiores, con la excusa de animarnos a comprar más viviendas y que estuviéramos mejor. ¿Pero con qué dinero de qué sueldos de qué trabajos? ¿Con qué hipotecas de qué bancos?
Hemos salido perdiendo. El dinero que tenemos para gastar ha bajado un 5% y, según el Banco de España, desde que la deducción ha muerto tenemos, además, que utilizar un 6,5% más de nuestros ingresos. Antes gastábamos en el piso una media del 27,3% y ahora estamos en el 33,8%, por encima de lo recomendable.
Que se dejen de milongas: la mejor ayuda social es dar trabajo. Y de ahí para adelante.