El ministro de Fomento, Pepiño Blanco, empieza en Londres el próximo 4 de mayo una turné para promocionar los pisos de la costa que en España ya no venden ni tras bajar su precio un 25%.
Ni siquiera tienen claro cuántos pisos hay sin vender: se dice que entre 750.000 y un millón y medio.
El plan es que Blanco coja el camión promoción en compañía de Beatriz Corredor -antigua ministra y actual Secretaria de Estado de Vivienda- para intentar que ingleses, franceses, alemanes, holandeses, rusos y suecos se compren aquí el piso de la jubilación o el de las vacaciones.
Los ingleses son los que siempre han comprado más pisos en Spain, con el 31,5% del total. Rusos y suecos son nuevos clientes potenciales pero todos son países que ya se recuperan de la crisis y que se espera que sean podólogos inmobiliarios, quitándonos los callos que nadie quiere ni puede limar en España.
La idea es empezar en la boda real de Inglaterra y seguir por el resto de países, primero en plan institucional y, en un segundo viaje, con los promotores pegados a la chepa del ICEX (Instituto de Comercio Exterior) en una misión con licencia para liquidar, al menos, el 60% de los pisos en stock, 450.000 tirando por lo bajo. Con razón promotores y bancos están que lo flipan con la idea.
Blanco y Corredor llevan el discurso bien aprendido: España, dirán, es un país seguro, con un sistema legal y judicial que ¿funciona?, buenas infraestructuras de Sanidad y Transportes, y una cultura de lo más molona.
Si yo fuera un guiri con pasta, picaría. Aunque los pisos tienen precios altos, vivir en España es barato para los guiris, hay sol, playas y por no haber revueltas, no las hay ni para protestar por la gestión de la crisis actual.
Vender el sol de España no es nada nuevo, suena incluso a los tiempos de las vikingas invadiendo la Costa del Sol para deleite de los machus ibericus Alfredo Landiensis, pero mi profesor de Creatividad decía que copiar no es malo, aunque no asegura nuevas soluciones a los problemas de siempre y sí augura un retroceso y un nuevo tropiezo en la misma piedra.
España es y será siempre un gran complejo vacacional y el asilo de Europa. ¿Por qué colocarles una semana de vacaciones, pudiendo colocarles un piso, para que luego se dejen los dineros en la zona durante muchos años? España estará siempre llena de complejos: los de antes, los de ahora, los de siempre.
Los españoles, en cambio, no podremos repetir la jugada e ir al Sur. Buena nos esperaría en los países árabes, menos preparados y nada seguros, salvo que te mole la idea de explorar un parque temático donde las batallas de videojuego son reales.
No se tenían que haber dado tantas licencias de obra en los Hay-Untamientos, pero como dan pasta… y los consistorios son la Casa de tócame, Roque, pasamos de la licencia para construir a la desesperada por liquidar (para seguir constriyendo…).