Los intereses de demora han sufrido una buena regañina judicial. Hace unos años ya se declaró que era abusivo cobrar hasta un 29% por el retraso en alguna cuota de la hipoteca, y se fijó por norma que no se podía exigir más de tres veces el precio legal del dinero (o sea el 12%) como compensación al banco.
El hecho se ha producido a raíz de una sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, sobre el caso de un hipotecado con BBVA, al que le exigían un 19% de intereses de demora.
El Alto Tribunal ha determinado que el interés de demora tiene que ser como mucho dos puntos superior al interés remuneratorio, que no es otro que el interés que cualquier hipotecado paga por su hipoteca y que puede ser fijo o variable. O sea el interés que contratas para devolver el dinero y que en caso variable el más común es Euríbor más diferencial.
Recientemente, el Tribunal Supremo ha sentenciado que el interés de demora que pagaba este hombre, del 19%, no podía ser superior al 11%, puesto que el interés que pagaba por el préstamo era del 9%. Lo más interesante es que esta sentencia es válida para todas las hipotecas, ya que el Supremo ha indicado que deberá hacerse así a partir de ahora en cualquier préstamo, y no sólo en el de la sentencia mencionada.
O sea que si el banco te quiere cobrar más intereses de demora por retrasarte en el pago de una cuota, ve a la sucursal y reclama que no te cobre más del interés que tengas firmado más 2 puntos. Es que el Tribunal Supremo entiende que es un abuso cobrar más, sobre todo cuando el cliente nunca se ha retrasado anteriormente en un pago.
Esto ya se determinó hace años para préstamos personales. Lo novedoso es que ahora también se aplique a las hipotecas, gracias a la demanda de un cliente con hipoteca firmada en 2004 que no se calló y fue a pelear a por todas.
Los intereses de demora han sido, tradicionalmente, uno de los abusos bancarios más sangrantes que hemos vivido hasta ahora. Menos mal que , poco a poco, y demanda a demanda, la situación se va corrigiendo. La pena es que haya que haya que mejorar a golpe de sentencia en lugar de fijar condiciones justas y no abusivas desde el principio.