En España, la dación en pago continúa siendo una utopía, salvo en los contadísimos casos que se ha logrado. Bien por negociar duramente por el banco, por la presión de algún colectivo activista o por la Ley de Segunda Oportunidad, que en la práctica apenas ha solucionado un 10% de los casos de hipotecados con serios problemas.
En la oferta hipotecaria sólo hay una excepción: la Hipoteca Sin Más de Bankinter, que por eso mantiene su interés en Euríbor + 1,20% mientras que otras ya han rebajado su diferencial del 1%, porque es una hipoteca que, ante el impago de las cuotas, te permite entregar el piso y dar por saldada la deuda, olvidándote de seguir pagando al banco casi de por vida.
Hace poco veíamos que existe una tercera vía para conseguir la dación en pago: un seguro que por 2.000 – 3.000 euros, en caso de no poder asumir más el pago de la hipoteca, se encarga de todo, incluido pagar lo que debes al banco. Te quedas sin casa pero también sin deuda pendiente.
Estas tres cosas no son más que parches. ¿Quién constituye una hipoteca pensando en que dejará de pagarla? ¿Quién se compra una casa pensando en que se la van a embargar? Antes de meterse en el fregao de comprar un piso hay que tener muy claro que la deuda se puede asumir, incluso si aumenta considerablemente la cuota de la hipoteca porque suba el Euríbor, o si disminuyen los ingresos familiares.
Todavía se embargan un 1% de las hipotecas, que traducido a personas son 160 familias que al mes se ven a las puertas de perder su primera vivienda. Aunque la hipoteca es lo último que se deja de pagar en caso de apuro, el 5% de las que se firman no llegará a buen puerto.
Terminarán sin pagarse, con sus titulares en una lista de morosos y con la mayoría de esas casas embargadas. A pesar de que ha bajado el número de ejecuciones con respecto a los años más duros de la crisis, entre septiembre de 2014 y septiembre de 2015 se ejecutaron 65.000 hipotecas (incluidas no sólo primeras viviendas, también segundas, locales, garajes…).
Deben existir herramientas para atajar mejor estas situaciones si se producen, para que sea menos traumático y menos lesivo económicamente para las familias, pero lo primero es tener buenos filtros para no meterse en una hipoteca que de antemano se prevé que será morosa. Aquí la culpa no sólo es de la banca, nosotros también somos responsables del dinero que pedimos, otra cosa es que luego nos engañen con cláusulas y otras historias, o que la oferta sea abusiva.