Aunque hoy no se hablará de otra cosa que de la primera victoria española en un Mundial de Fútbol, me siento valiente para cambiar de tercio y contaros que Funcas, la Fundación de Cajas de Ahorros, reconoce en un estudio que las cajas de ahorros tuvieron mucha culpa de la burbuja inmobilaria.
Igual que el triunfo de España, es algo que llevábamos tiempo esperando; casi tanto como un niño de cinco años a los Reyes Magos. Por fin las cajas se dignan a reconocer que alimentaron la burbuja y permitieron que el precio de la vivienda siguiera aumentando y alejándose de nuestras posibilidades.
Las entidades financieras inflaron artificial y desproporcionadamente el sector inmobiliario entre 1995 y 2007, cuando la economía empezó a decaer, dándonos 9 veces más hipotecas, 6,7 veces más créditos para actividades de construcción y, ahí va la cifra gorda, 25 veces más dinero para actividades inmobiliarias.
Esta súper afluencia del crédito, en contraposición a la sequía que vivimos ahora, significa que si hace 15 años nos daban de media 50.000 € que devolvíamos en 20 años, cuando estalló la burbuja dando comienzo a la crisis, nos estaban prestando de media 150.000 € y los estábamos devolviendo, el que buenamente podía, en 30 años.
Ya sabíamos que las cajas, y los bancos aunque no den la cara, habían inflado artificialmente la burbuja conchavados con los ahí-huntamientos, los promotores, las inmobiliarias y los especuladores de turno. Lo que no habíamos oído hasta ahora era este canto de mea culpa entonado en forma de triste informe, ni mucho menos palabras de perdón, arrepentimiento y propósito de enmienda.
Esto último es importante porque sin ganas de cambiar, cuando los dioses quieran que las hipotecas vuelvan a nuestras vidas como las lluvias a la cosecha, todo volverá a sobrevalorarse y volveremos a tropezar en el mismo ladrillo, que estará hecho de la misma gloria y la misma miseria pero será aún más caro.
Si no aprendemos nosotros a administrarnos mejor el dinero y a guardar en el cajón las pretensiones de clase alta cuando somos una media pelada, y si las entidades financieras siguen destinando el 60% de sus préstamos a la actividad inmobiliaria, emitiendo deuda para sufragar sus desastres, no habrá Banco Central Europeo ni Vicente del Bosque que nos saquen del desastre, ni Euríbor que siga bajo, ni perrito que nos ladre.
Llamemos al pulpo Paul, a lo mejor él sí tiene una predicción que nos consuela.