Ya que en España aún no se han puesto serios ni efectivos para acabar con los impagos y los embargos, que vienen de dar hipotecas sin ton ni son, demos gracias a la Unión Europea por proponer una normativa común para todos los países de este club.
La UE quiere terminar con las hipotecas que se dieron irresponsablemente antes de la crisis y que provocaron la burbuja inmobilaria.
Por eso, quiere que los bancos nos estudien mejor antes de prestarnos dinero; que nos informen bien acerca de los riesgos de contratar una hipoteca; que no nos invadan con publicidad engañosa; y que se reduzcan los impagos y los embargos, terminando con la dramática situación de que tantas familias pierdan su casa.
España es uno de los países con más morosidad dentro de la UE, morosidad que ha aumentado un 260% en lo que va de crisis. Para conseguir más transparencia, protección al consumidor, información y facilidad de acceso a los créditos hipotecarios, la UE propone que los bancos operen en igualdad de condiciones en cualquier país de la Unión, homogeneizando la información que recibimos de ellos.
Para conseguirlo, proponen una “hoja europea de información normalizada”, en la que claramente los bancos explicaran todas las condiciones de la hipoteca y que nos permitiría comparar fácilmente lo que nos ofrecen unos y otros.
Según la UE, los bancos y los intermediarios provocaron la situación actual y no los consumidores, como nos acusan ellos, y los impagos se reducirían hasta en 1.931 millones de euros.
La propuesta será estudiada por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros. Si nos beneficia en algo como consumidores y va a contribuir a terminar con la Casa de Tócame Roque que es el sistema hipotecario español, bienvenida sea.
Esto se podría haber hecho antes, pero en las hipotecas pasa como en todo: que no se hace nada por cambiar la situación hasta que no ha pasado una desgracia. Como cuando ponen un paso de peatones en un cruce peligroso después de que hayan atropellado a alguien, y nunca antes aunque te hayas desgañitado denunciándolo.
Los problemas para esta norma que veo en España son un endurecimiento de las condiciones por parte de los bancos, que incluso se niegan a dar préstamos a gente solvente; la excesiva cantidad de pisos que embargaron y ahora les cuesta vender; la sobrevaloración de los pisos en un 40% frente a la caída en un 30% de los sueldos que padecemos; y el poco interés que mostramos por informarnos bien de lo que firmarmos, y el aún menor interés de los bancos por informarnos de esto mismo.