Los notarios vuelven a ser noticia para los hipotecados. Después de que supiéramos que nos estaban estafando de lo lindo en la cancelación de hipotecas, cobrando lo que les daba la gana hasta el punto de que el Gobierno tuvo que meter mano y regular las tarifas, y tras el anuncio del ministro de Justicia de que ahora no solo firmarán hipotecas sino que casarán a la gente por lo civil y la podrán divorciar, los notarios se presentan como nuestros héroes.
Como son funcionarios, se están tirando el rollo mostrándose en plan colaborador cuando alguien deja de pagar la hipoteca, el banco le embarga el piso, le echa de él y se lo queda en subasta.
Es que la situación a la que estamos llegando en algunos casos es muy fuerte: los bancos se estaban quedando pisos por valores simbólicos, incluso de 1 euro, en una subasta extrajudicial.
La primera vez que un piso sale a subasta lo hace por el 100% de su valor, si bien el banco se lo suele quedar por el 60%, que es el mínimo legal. Antes era el 50%, pero el PSOE lo subió durante su última legislatura.
La segunda vez se subasta por el 75% y, si no se ha vendido, sale una tercera vez a la venta, pero ya sin juez de por medio, en una subasta ante notario en la que se puede comprar el piso por el valor que se quiera.
Para evitar que en esta tercera subasta se abuse del que pierde el piso, los notarios han dicho que no van a consentir que nadie se lo quede por menos del 60% de su valor. El Consejo General del Notariado dice que es su forma de garantizar que se tienen los mismos derechos en una subasta judicial (la primera y la segunda tras el embargo) que en la extrajudicial (esta tercera en la que participa el notario).
Para no quedar mal con los bancos, los notarios les avisarán antes de frenar una subasta porque se pretende pagar al desahuciado menos del 60% del valor de tasación del piso. Actualmente, esta tercera subasta aparece en casi todos los contratos hipotecarios, aunque rara vez se usaba.
Su uso se ha extendido entre los bancos ante la necesidad de ahorrar costes en plena crisis, aunque sea a costa de quedarse pisos por una cantidad irrisoria, arruinando todavía más a quienes los pierden. Menos mal que gracias a la colaboración de los notarios, a los bancos se les va a acabar este atajo ruín y legal para ahorrar a nuestra costa y a pesar de nuestra desgracia.
Para demostrar que van a mirar por los hipotecados, los notarios han pedido al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que reforme la subasta extrajudicial tal y como se entiende hoy en día. Quieren que, en este sentido, la Ley se parezca más a la de los países de nuestro entorno, protegiendo a las familias del sobreendeudamiento y procurando que estén más cubiertas ante la piratería bancaria, evitando que dependan de la buena voluntad de un notario.