Me llena de orgullo y satisfacción comunicaros que, a diferencia de 2009, en España ya no tenemos los pisos más caros del mundo.
Qué suerte… ¡Estamos de enhorabuena! Antes sí teníamos los más caros en proporción a nuestros sueldos y nivel de vida; sin embargo ahora nos adelanta Nueva Zelanda. Vaya por Dios, para algo en lo que éramos los primeros en plena crisis…
El precio de la vivienda en España ha bajado de media un 15%. En las ciudades grandes y los centros urbanos se ha notado poco, en el campo algo más y en la playa muchísimo porque ya no saben qué hacer con los pisos que machacaron los paisajes de la costa y los hábitats del Mediterráneo.
El Banco de España augura que bajará un 40%, jaja, qué más quisiéramos nosotros, no sé ni por qué lo plantea siquiera, para que algún pobre soñador tenga esperanzas… ¡¡No es justo!!
La estadística de la OCDE sobre los pisos viene a confirmar lo que ya sospechábamos: que en España los pisos son carísimos y que están desfasados respecto a nuestras posibilidades.
Las casas, esos bienes de primera necesidad a los que supuestamente todo el mundo tiene que tener acceso y derecho segúnel más elemental sentido común amparado por la Constitución, son inalcanzables para la mayoría de la gente en España.
Pero todavía no nos hemos echado en masa a la calle para protestar, ningún sindicato nos ha convocado, ninguna ONG ha dicho ni pío. Con el engañabobos que son las hipotecas en este país, ¿quién va protestar si te dan un piso por 400, 500, 600, 700, 800 o 900 euros al mes en cómodos plazos?
Cómodos entre comillas porque te endeudas hasta las cejas, te limitas el poder adquisitivo, te conviertes en pringao, te esclavizas con una entidad bancaria, pagas un huevo de intereses y cuando quieres cambiarte de piso o todavía tienes la hipoteca, o no puedes porque el Euríbor subió demasiado, no lo habías previsto, dejaste de pagar y el banco se quedó con la casa, que en realidad nunca fue tuya.
En realidad siempre es del banco o de la caja que te presta el dinero mientras no se demuestre lo contrario, o sea, mientras no termines de pagar en 20,30 o 40 años como un pringui. Eso sí, como te dan las llaves, pagas poco cada mes y vives en ella, te crees que es tuya pero naranjas de la China.
Los pisos siempre pasan de los vendedores a los bancos y de los bancos a los vendedores. De hecho, como se han pasado embargando, ahora no saben dónde meterlos (el 90% de las subastas quedan desiertas) y al Banco de España, que para lo que quiere les protege y para lo que no les echa la peta, ya les está apremiando para que se deshagan de ellos porque les pesan como un lastre.
Total que los bancos tienen los pisos, tienen la pasta y la sartén por el mango y nosotros no tenemos ni los pisos ni la pasta pero sí una sartén sin mango que nos regalan cuando domiciliamos la nómina. ¡Qué guay!