Si hace apenas unos años hablábamos de los nuevos ricos, de un tiempo a esta parte solo cabe hablar de los nuevos pobres.
Son personas que por haber perdido el trabajo, agotado las prestaciones y/o verse en serias dificultades económicas por estos u otros motivos, tienen problemas de vivienda.
Cada día, en toda España, 159 familias son echadas a la calle por no pagar el alquiler o la hipoteca al banco, según datos recopilados por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).
El 82% tienen menores a su cargo y, en muchos casos, esta Plataforma dice que su desahucio no queda recogido en las estadísticas porque, para evitar la vergüenza de que intervenga la Policía, se autodesalojan del piso antes de que vayan otros a echarlos con una orden judicial en la mano.
El perfil de quienes pierden su vivienda ha cambiado el tópico de que esto sólo le pasaba a los inmigrantes. La mayoría son españoles en paro y con hijos, que cargan con una hipoteca de entre 100.000 € y 200.000 €.
La comunidad autónoma con más desalojos es la valenciana, con casi la cuarta parte del total de los que hay en España, algo parecido a lo que ocurre en Madrid, donde 50 familias al día deben abandonar su casa. De cerca les siguen Cataluña, Andalucía y Murcia.
Actualmente, se están recogiendo medio millón de firmas para presentarlas al Congreso, en un vano intento de que los parlamentarios voten por enésima vez la dación en pago, es decir, que se pueda cancelar toda la deuda hipotecaria entregando al banco solamente el piso, sin quedar debiéndole dinero, como ocurre ahora.
Qué duda cabe de que, como siempre, se abstendrán o votarán en contra de algo que beneficiaría a los ciudadanos con problemas para pagar la hipoteca, pero no a los bancos.
Por eso, no hay que resignarse, hay que luchar por conservar el piso. El arma más poderosa es saber que a ningún banco o caja le interesa seguir engordando sus cuentas a base de ladrillos. Les interesa el dinero y ese solo lo podrán obtener las entidades financieras si renegocian la hipoteca, aplazan los pagos, bajan la cuota temporalmente, etc.
La dación en pago debe ser la última opción, porque se pierde la vivienda y todo el tiempo, esfuerzo y dinero invertido en ella.