Si alguna vez te han hecho algo a medida habrás visto qué cómodo es y qué bien sienta. Da igual que sean unos zapatos, que un mueble para el salón o un traje de boda.
Pues con las deudas pasa lo mismo. ¿Te imaginas tener una hipoteca a tu medida? Parece mentira pero en algunas entidades existen. Si andas buscando un préstamo hipotecario te habrás fijado que en la web de algunos bancos no dicen ni pío sobre las condiciones de la hipoteca o sólo te hablan de unas pocas…
Se limitan a invitarte a que pidas información, que ni siquiera te dan por teléfono, tienes que ir en persona. Es así porque, según lo que tú les cuentes, ya te van contando ellos.
Ya no hay crédito a mansalva ni anuncios en las cristaleras de los bancos metiéndote hipotecas por los ojos. Si acaso, lo que te meten es un palo por el piiiii y sus pisos por los ojos. Ya no están tan interesados en prestar dinero y, por tanto, no ponen las cosas fáciles.
Pedir una hipoteca es un baile de máscaras, en el que el banco tarda en quitarse la suya y sólo lo hace si te quitas la tuya primero y le cuentas en qué trabajas, cuanto ganas, cómo te ha ido la Declaración de la Renta, y veintitantas cosas más que van a preguntarte.
Si les mola tu respuesta se quitan la máscara y te ofrecen una hipoteca más-cara o más-barata, según te vean. Si no les mola, patada en el culo y no vuelvas.
La cosa mejora un poquito, digamos que te escuchan más y te hacen mejor oferta, si ya eres cliente. Pero si no lo eres, pueden desconfiar, pensando que si estás allí es porque tu banco habitual no te querido dar una hipoteca. El caso es malpensar y mirarte con lupa como si te fueran a comprar. ¡Te entra un complejo de insecto en manos del doctor Chiflado que te dan ganas de salir corriendo!
Así que, si vas a pedir una hipoteca, o a preguntar qué te pueden ofrecer, llévate la documentación en la mano: DNI, nóminas, Declaración de la Renta, contrato, vida laboral y, si puedes, historial de pagos. Es lo mejor si quieres que te tomen en serio, te den información y te tengan en cuenta. Es la llave para que te den información y por lo menos te escuchen.